En un comunicado, el cuerpo policial ha informado de que la Oficina de Protección de los Animales había recibido denuncias por presuntas irregularidades relacionadas con las condiciones de salud de los animales que se vendían en el establecimiento. Ha detallado que los animales intervenidos presentaban síntomas compatibles con la parvovirosis.
La enfermedad es potencialmente mortal y contagiosa, frecuente en los cachorros de perro que no han sido vacunados durante las primeras etapas de su desarrollo.
Algunos de los 38 cachorros sí que estaban afectados por esta enfermedad, por lo que se intervinieron todos los que habían estado en contacto con ellos, y dos de éstos murieron en el traslado a las clínicas veterinarias.
La Guardia Urbana ha agregado que durante la inspección se detectaron 31 cadáveres de cachorros y que se ha recogido a siete para comprobar la causa de su muerte.
Ha resaltado que se ha prohibido la venta de los otros animales de la tienda hasta que los responsables del establecimiento no acrediten que cumplen las medidas de control un examen veterinario del resto de los cachorros y su revacunación si es necesaria.