El 6 de enero es ese día marcado fuertemente en el calendario de todos los niños y niñas (también en el de padres y madres, al ser festivo nacional en España), al ser una de las jornadas más especiales del año. Una en la que, convencidos de que se han portador más que bien durante todo el año, esperan ver el árbol de Navidad lleno de regalos. Para decir una y otra vez la mítica frase: 'Qué bien se han portado este año los reyes'. O, por el contrario, esta otra: 'Me han traído carbón'. Porque sí, los peques de la casa también pueden ser sorprendidos (y no gratamente) con carbón.
Ese hecho implicaría que los Reyes Magos han considerado que niños y niñas no se han portado bien y que, por lo tanto, no son merecedores de los regalos que añadieron en la lista. Pero, ¿por qué carbón y no otra roca u objeto de color negro? La respuesta a esta pregunta depende de a qué le des más peso. Mientras que unos sostienen que el carbón es una metáfora sobre los restos que dejan el oro, incienso y mirra (regalos entregados al niño Jesús por sus majestades) al quemarse, otros señalan directamente a la existencia de tres personajes clave: Papá Noel, el Olentzero y Carbonilla.
Papá Noel
En los países donde la tradición es que los regalos los traiga Papá Noel también existe el carbón. El significado es el mismo: es el regalo que reciban los niños que se han portado mal durante el año. Es más, las leyendas apuntan a que es el propio Papá Noel el que traslada el carbón de las chimeneas, por las que entra en cada una de las casas, al lugar donde se colocan los regalos.
El Olentzero
El que no necesita coger carbón de ningún lado porque ya tiene mucho es el Olentzero, algo así como el Papá Noel de Euskadi. Este carbonero de profesión es el encargado de repartir regalos a los niños cada Navidad. Así, la tradición marca que cada 24 de diciembre baja de las montañas para calentarse en las chimeneas de los hogares y entregar los regalos a los niños que se lo merecen. A los que no les deja carbón.
Carbonilla
Ni Papá Noel, ni el Olentzero. Hay quien defiende que el personaje que está detrás del carbón cada 6 de enero es Carbonilla. Y no, no es el "carbón mineral menudo que, como residuo, suele quedar al mover y trasladar el grueso" Ni tampoco el "conjunto de trozos menudos de carbón a medio quemar que pasan a través de la parrilla de los hogares". La verdadera acepción que interesa en este caso no es la de la Real Academia Española sino la que recogen algunos cuentos infantiles, como el de Emilio Sanjuán Escalona.
Carbonilla es un personaje que estaría entre un duende y un gnomo, según el citado autor. Es más, según apunta el mito extendido, este 'duende' sería uno de los pajes de los Reyes Magos. Pero no uno cualquiera. Sería el encargado de decidir qué niños reciben regalos y qué niños carbón. Y no solo eso. También se encargaría de colocar el carbón en cada árbol de Navidad porque, claramente, los Reyes Magos no dan a basto y terminan delegando. Bastante será con que encuentren Tamagochispara todos los niños que los han pedido.