Es un habitual de nuestras playas y, cada verano, provoca la alarma de los bañistas. En horas de marea baja y cuando suben más las temperaturas, aumenta el riesgo de sufrir su picadura. El veneno del pez araña se transmite a través de su primera aleta dorsal y de sus opérculos o agallas y puede llegar a ser peligroso para nuestra salud. Este animal se esconde bajo la arena, en la orilla del mar, lo que hace que pueda afectar con facilidad a los humanos.

"En verano, lo podemos encontrar en todo el litoral, tanto Mediterráneo como Atlántico", advierte Susana Montero, bióloga marina del Acuario de Sevilla.

Miguel Assal, instructor de socorrismo y divulgador de primeros auxilios y emergencias, explica a través de Instagram (@miguel_assal) cómo es su fisionomía y su mordedura. "Produce dolor inmediato, nada más te pica, y el dolor siempre suele ir de abajo hacia arriba. Por eso hay que actuar cuanto antes".

Los socorristas de una playa de Huelva aplican agua muy caliente durante 20 o 30 minutos en la zona afectada a los bañistas que son atacados por este pez. También se puede meter el pie dentro de la arena. "Lo más complicado vendría si la persona tiene náuseas, mareos, ha vomitado o ha perdido el conocimiento. Automáticamente, 112", indica Isaac Hernández, coordinador de Protección Civil en Ayamonte. En un solo día, pueden llegar a atender hasta 6 casos.

Las consecuencias para la salud de este veneno pueden llegar a ser graves y producir un choque anafiláctico.

Sin embargo, son uno de los productos estrella de la gastronomía de los chiringuitos onubenses, y están exquisitos fritos, rebozados o en salsa verde.