Sigue la investigación acerca de lo que ocurrió en una vivienda de Carbonero de Ahusín (Segovia) en la que murieron una madre y su hijo y en la que el padre tuvo que ser ingresado en estado grave. Los investigadores creen que la familia inhaló fósfuro de aluminio, un gas muy tóxico y muy peligroso que se usó para fumigar la nave que está pegada a la casa.
Se cree que el líquido se filtró por los muros de la vivienda. En la fase de liberación del gas, cuando la concentración es muy alta, hay que utilizar equipos de respiración autónomos. Las medidas de seguridad son vitales, con mediciones constantes, para no alcanzar concentracines letales.
La zona, después de la fumigación, se debe aislar, bloquear entre tres y siete días dependiendo del tratamiento y señalizar. Siempre hay que establecer siempre un perímetro de seguridad. Según los expertos, tanto si fumigaron ellos como si lo realizó una empresa debía haberse establecido un perímetro mucho más amplio a los seis metros.
La vivienda ha sido acordonada y la alcaldesa del municipio ha pedido respetar el deseo de la familia hacer un funeral en la más estricta intimidad.