Jessica, de 36 años, mató a sus dos hijos de cinco y nueve años y disparó a la novia de su exmarido gritándole "rompehogares". Más tarde, llamó a su exmarido, Ben, para decirle que todas las personas a las que quiere ya se han ido. "Yo también estoy a punto de irme", concluyó Jessica.

Cuando colgó, Ben intentó llarmarla, pero el teléfono se encontraba apagado. Más tarde, la Policía publicó todas las notas que Jessica dejó. "Me has causado el mayor dolor de mi vida. Has hecho daño a mis hijos y espero que te pudras por lo que me has hecho a mí y a mis hijos. No podrás hacernos más daño. Estamos en paz. Espero que vivas con dolor, vergüenza y culpa durante el resto de tu vida", escribió Jessica en una de las notas.

"Para mis padres y hermana: siento tanto el dolor que os estoy causando. Siempre habéis estado ahí para mí y os quiero tanto. Sé que lo que he hecho es egoísta, pero no puedo vivir con este dolor por más tiempo, es demasiado. Duele demasiado. No tendré más dolor y mis hijos tampoco sufrirán. Lo siento mucho. Os quiero a todos", relató en otra de las notas dirigida a su familia.

Según 'Greenville Online', la Policía ha informado que Jessica estaba desesperada después de someterse a distintos procedimientos judiciales. Piden también, que las personas que se encuentren en la misma situación pidan ayuda antes de recurrir al asesinato y suicidio.