Cuando la policía llegó al chalé de los 'Romanones', encontró a los cuatro detenidos reunidos en su interior. Sabían que su arresto era inminente. Durante el registro de la casa, los agentes se llevaron documentación y dos ordenadores. La sorpresa llegó cuando los encendieron y descubrieron que todos los datos habían sido borrados. Ahora, los investigadores tratan de recuperar la información eliminada.

Buscan archivos, correos electrónicos y fotos que permitan probar la culpabilidad de los tres sacerdotes y del profesor de religión investigados. Pero no lo tendrán fácil porque los detenidos han tenido tiempo de sobra para destruir pruebas.

El líder del clan fue retirado de su parroquia en el mes de agosto, pero no ha sido hasta este lunes cuando han comenzado los registros en la vivienda, donde supuestamente se cometieron los abusos a menores. Este mismo mes, coincidiendo con el inicio de las declaraciones de testigos, los sacerdotes investigados denunciaron el robo de varios ordenadores en su chalé.