A lo largo de los dos primeros meses de 2016, España registró alrededor de 2.000 solicitudes de asilo de personas provenientes, principalmente, de Ucrania, Siria y Venezuela.

La portavoz de ACNUR en España, María Jesús Vega, reconoce que es difícil ofrecer un perfil de los demandantes de protección, aunque subraya que en 2014 y 2015 ha aumentado el número de familias de origen sirio, frente a los años anteriores, en los que predominaban los varones solos.

La mayoría de los sirios que pidieron asilo en España el año pasado lo hicieron en la ciudad de Melilla, en el puesto fronterizo de Beni Enzar. La portavoz de ACNUR en España hace un llamamiento a "conjugar el derecho de cualquier Estado a controlar las fronteras con el acceso al territorio y al procedimiento de asilo para las personas que vienen de la guerra".

La legislación estipula que una persona que pide asilo debe tener una respuesta en un plazo máximo de seis meses a partir de la presentación de su solicitud, aunque el tiempo de tramitación se reduce de forma considerable para los casos de urgencia.

Sin embargo, "la realidad es que la gente espera una respuesta durante uno, dos o más años", recalca Vega, quien reconoce que el plazo de respuesta es más breve para los sirios (siete, ocho o nueve meses) y más largo para otras nacionalidades.

En diciembre de 2015, había unas 15.000 peticiones pendientes de resolución. Esta situación genera "mucha incertidumbre y ansiedad para mucha gente que no sabe si se va a tener que marchar del país, si la van a devolver a su país de origen o si va a poder reunificar a su familia", apunta.

Tras recordar que España concentra el uno por ciento de las solicitudes de protección de la Unión Europea, que recibió 1,2 millones de peticiones el año pasado, reclama una mejora del sistema español de asilo para disponer de un procedimiento "fiable y justo", con unos periodos "razonables" de tramitación y "acompasados" con los procesos de integración.