En un bar o restaurante, allí es donde Josefina Lamas asegura, le han contado, el doctor Etxeberría vio los huesos. Una acusación frente a la que el juez considera, Etxeberría debe defenderse.
Según el testimonio de la perito, se habría roto la cadena de custodia. Sin embargo, para miembros de la policía, es algo casi imposible, la prueba, en este caso los huesos, viajan precintados desde Córdoba, normalmente, en un furgón y custodiados por 2 policías. Llegan a la sede judicial en Canillas, en Madrid. Y allí son guardados bajo llave.
Un agente explica que nunca se abre sin una orden judicial una prueba de estas características, y, además, normalmente se examina dentro del recinto, por lo que dentro del cuerpo no entienden la versión de la perito.
En este sentido, no solo se siembran dudas en torno a la cadena de custodia, también se especula con que alguien habría removido los restos de la hoguera. Repsecto a estas acusaciones, la fiscal le ha recordado a Josefina Lamas su obligación de decir "con nombres y apellidos" quién se lo había contado".
Incluso el propio juez cuestiona sus palabras. Aunque, en caso de ser verdad, el policía que hubiera roto la también se enfrentaría a una sanción interna. Las pruebas quedarían inmediatamente invalidadas.