Este fin de semana, Paloma Bombín, de 38 años, y su pareja Alfonso Urrutia, de 40, ambos espeleólogos con amplia experiencia y amantes de la naturaleza, desaparecieron tras adentrarse en la cueva Garmaciega, en Cantabria. Finalmente, ambos han sido rescatados y se encuentran en buen estado de salud. Alfonso ya había realizado esta misma expedición el año pasado, según Javier Allende, coordinador de emergencias. "Esta ruta me ha llegado información de que el chico la hizo el año pasado y la información que me llega es que el chico era bastante experto", señaló Allende.
Los dos jóvenes, él de Salamanca y ella de Valladolid, se disponían a realizar la travesía principal de la cueva, un recorrido apto solo para espeleólogos experimentados en todo tipo de terrenos y en buena forma física. Según Martín González, presidente de la Fundación Espeleosocorro Cántabro (ESOCAN), ambos estaban en buena forma física y confiados en su capacidad. "Quien entra en una actividad de estas te puedo asegurar que lo tiene bastante claro", afirmó González, quien habló con ellos poco antes de entrar en la cueva.
El plan de Paloma y Alfonso era entrar a las 12 de la mañana del sábado, pasar la noche en la cueva y salir a las 6 de la mañana del domingo. Habían comunicado su itinerario previsto a la empresa encargada, un requisito legal en Cantabria, y también a un amigo, quien dio la voz de alarma al no tener noticias de ellos a la hora prevista de salida.
Isabel Urrutia, consejera de Presidencia y Justicia del Gobierno de Cantabria, confirmó que fue este amigo quien alertó a los servicios de emergencia. "Llama al 112 de Cantabria y es la que nos dice que tiene un amigo, un conocido y que no han salido. La hora prevista era las 6 de la mañana y no tienen comunicación con ellos", explicó Urrutia. Y finalmente, han sido encontrados sobre las 17.50 horas de la tarde del lunes y han salido sobre las 20.00 de la cueva, sanos y salvos tras ponerse en marcha todos los medios disponibles para localizarlos.
Las familias de Paloma y Alfonso han celebrado la noticia desde el puesto de mando donde esperaban cualquier novedad.