David Reyes fundó hace apenas un año Co-paping, una aplicación que pone en contacto a personas que quieren compartir la crianza de un hijo sin tener una relación sentimental. "Yo siempre quise ser padre, vi la opción de la coparentalidad y decidí crear yo mismo una comunidad con unos valores", confiesa a las cámaras de laSexta.

Y así fue como ha llegado a dar vida a esta comunidad, una en la que cada mes se suman 1.000 nuevos usuarios. "Personas con muchísimas ganas de ser padres, que todavía no lo han logrado", añade. Acuden a la citada plataforma para encontrar ese tandem que les puede ayudar a completarse para generar este proceso, explica Reyes.

Las exigencias sociales impulsan este nuevo modelo de familia, desconocido en España, pero con una amplia tradición en Francia. Las leyes de fertilidad allí eran muy restrictivas. "Mujeres solteras, parejas lesbianas no podían recibir un tratamiento de fertilidad", añade el fundador. Y eso fue lo que generó que el lado de la coparentalidad se desarrollase mucho más.

Sin embargo, es una opción que, según los expertos, no deberíamos contemplar sin hacer previamente una autoevaluación. "Las personas que opten por este método necesariamente van a tener unos niveles de maduración elevados, pues tienen que construir una relación de padres", asegura la psicóloga María Àngels Feli. Y para eso se necesita tiempo.

"La maternidad y la paternidad nunca se puede frivolizar", advierte la experta. Así, advierte que las personas que optan por la coparentalidad se saltan los primeros pasos de una pareja. "El conocerse y compartir una serie de valores", enumera.

El asesoramiento legal también es clave en este proceso. "Tienen que ponerse de acuerdo en todo lo que sería esa relación parental con ese menor: desde dónde vivirán, a qué escuela irá y quién se hará cargo de los alimentos", detalla el abogado Joaquín Juncosa. Porque de lo que se trata es de garantizar el bienestar del menor.