Victoria Curthoys, una mujer australiana de 29 años durante un viaje en 2010 a Tailandia decidió realizarse en un 'spa' una pedicura con peces, ya que anteriormente la turista había sido operada y pensó que sería buena idea.

"No pensé en ello porque vi al propietario configurar el sistema y parecía muy limpio, pero estaba equivocada", según explicaba Victoria para el 'Daily Mail'. Días después del tratamiento comenzó a tener fiebre y a enfermar.

Este tipo de tratamiento, llamado ictioterapia, consiste en que unos peces de agua dulce se comen las células muertas, exfoliando los pies y ayudando a mejorar la presión sanguínea.

Los médicos de Australia que atendieron a Victoria tardaron dos años en diagnosticar su dolencia producida por una infección provocada por estos animales. Le amputaron el dedo gordo del pie, pero los problemas no acabaron ahí.

Al andar sin un dedo, provocó ulceras y nuevas infecciones en los demás, por lo que siete años después de su viaje, los doctores que llevaban su caso decidieron amputarle todos los dedos del pie para evitar así la reproducción de más infecciones.

"Honestamente puedo decir que mi pie nunca ha sido tan saludable como lo es ahora. He tenido mucha suerte de poder levantarme", explicaba la australiana en una entrevista para el 'Daily Mail'.