Dani Alves llegó a su casa pasadas las 4:00 horas de la madrugada la noche en la que ocurrió la presunta agresión sexual por la que está siendo juzgado en la Audiencia de Barcelona. Así lo ha desvelado su mujer, Joana Sanz, en la importante comparecencia que ha tenido lugar este martes, donde ha contado que el futbolista iba "muy borracho" y "oliendo a alcohol" al llegar a casa.
"Cuando entró en la habitación se chocó contra un mueble de la habitación, cayó desplomado en la cama", ha comentado Sanz, que explica que, a la mañana siguiente, se levantó muy tarde y no le comentó que había estado en la discoteca Sutton, aunque sí en la Taverna del Clínic.
Pese a que había compartido su intención de separarse del futbolista, Sanz ha explicado que "nunca" ha llegado a pedir el divorcio. Cuando Alves llegó a su casa, ella estaba despierta, pero en ese momento "no procedía hablar con él" y prefirió esperar al día siguiente.
Ya en la mañana siguiente, Alves se levantó muy tarde, según Sanz, cuando le contó que había estado en la Taverna del Clínic, pero no en la discoteca Sutton. "No hablamos mucho (por teléfono), él estaba con sus amigos y lo dejé estar", ha agregado.
La mujer llegó a la Audiencia de Barcelona pasadas las 15:00 horas para declarar como testigo en el caso de la agresión sexual supuestamente cometida por su marido. Sanz ha llegado en una furgoneta negra, de la que ha bajado junto a tres hombres. Además de Sanz, la madre del futbolista también ha estado en la sede judicial para apoyar a su hijo.
Alves lleva en prisión provisional desde el 20 de enero de 2023. Al juicio solo le queda la jornada de este miércoles, en la que tendrán lugar las declaraciones de los amigos de la víctima y del propio futbolista.
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