Nos pasamos semanas dándole vueltas al precio de los hoteles, a si el desayuno está incluido o no, a cuánta distancia tenemos hasta la playa, a cuáles son los restaurantes con mejor relación calidad-precio… Y luego cogemos el coche para recorrer quinientos metros hasta el supermercado donde compraremos el pan…. Algo no encaja.

Lo cierto es que hay prácticas que conviene desterrar de nuestro catálogo como conductores y no solo por lo que van a suponer en cuanto a ahorro; también por los beneficios que le van a aportar al medio ambiente y a la gestión responsable de los recursos con los que contamos.

Igual que podemos cuidar nuestra salud con solo adoptar una serie de hábitos en la alimentación, podemos velar por nuestra economía y la ecología teniendo siempre presentes consejos como estos:

Mima la aerodinámica

Procura viajar siempre con las ventanillas cerradas y sin artilugios innecesarios en el techo. Una vez en el destino, compensa desinstalar la baca o el cofre para equipajes del techo. A 120 km/h, se calcula que provocan aumentos de consumo del 15% y el 40%, respectivamente. Atención siempre a la velocidad, porque la resistencia al avance de un automóvil aumenta exponencialmente según sube la aguja del velocímetro.

Chequeos al día

Respetemos los periodos de revisiones de nuestro coche según las indicaciones del fabricante. Cuando más eficiente va a ser su rendimiento, es cuando se encuentre perfectamente a punto. Alargar la revisión, estirar las bujías, el aceite o utilizar componentes baratos o diferentes de los que marcan las especificaciones del fabricante no es buena idea.

Dando largas

En la medida de lo posible, utilizar siempre marchas largas. No conviene estirar las revoluciones al cambiar mucho más allá de 2.500 rpm en el caso de un motor de gasolina o 2.000 rpm en un diésel. Pasar a la marcha siguiente seguirá permitiendo que el motor mueva el coche con soltura y de manera eficiente en materia de consumo.

Aguantando la presión

Mucho se ha hablado siempre de la importancia de los neumáticos, como único elemento del coche en contacto con el suelo. Mantenerlos en buen estado, en sus márgenes de desgaste, puede ser vital para evitar sustos, sobre todo bajo la lluvia. Y mantenerlos en las presiones de inflado recomendadas por el fabricante, unas para condiciones normales y otras a plena carga, hará que el consumo de combustible no se dispare.

Mantener la línea

El exceso de peso es uno de nuestros grandes enemigos. Lógicamente, si hay que mover más kilos, necesitaremos más energía. Es decir, más combustible. Una vez en el destino, descarguemos el coche, sacando todo lo que no vayamos a necesitar en nuestro día a día.

Tener el depósito a tope, sin ir a emprender un viaje largo, significa desplazar kilos extra de manera innecesaria. Por eso es buena idea calcular lo que se necesita y mantenerse en unos márgenes razonables.

Dientes de sierra, no gracias

Evitar acelerones y frenazos innecesarios también nos permitirá ahorrar. Aprovechar la inercia del coche y mantenernos constantes en el acelerador es la mejor idea, porque relanzar una masa de más de una tonelada implica un gran gasto de energía.

La arrancada desde parado es lo que más consume en un coche, así que, mejor anticiparse, levantar el pie y conseguir no tener que parar constantemente, por ejemplo, en un atasco.

Vestidos para la ocasión

Abusar de la climatización tampoco es buena idea. El aire acondicionado no solo provoca que suba el consumo (el motor mueve el mecanismo), sino que también nos resta potencia, que podemos necesitar en un adelantamiento apurado. A baja velocidad, mejor abrir las ventanillas.

La ley de la oferta y la demanda

Como conductores, tenemos a nuestra disposición actualmente un buen número de herramientas que nos permiten ahorrar combustible. Una de ellas son aplicaciones como GasAll, Gasolineras Baratas, GasofApp y otras donde se puede consultar el precio de los carburantes de las gasolineras cercanas a nuestra posición o las del itinerario que vamos a realizar. Vale la pena consultarlas. También podemos seguir la vía oficial y mirar el Geoportal de Gasolineras del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, donde están los precios actualizados de los carburantes y un potente buscador de gasolineras.

Usa el Start & Stop

Son cada vez más los coches equipados con sistemas de parada y arranque automáticos del motor cada vez que el coche se detiene por completo. Se pueden desactivar, porque hay quien los considera molestos, pero no es buena idea: no solo ayudan a bajar el consumo, sino también las emisiones de gases contaminantes y partículas que estamos lanzando a la atmósfera durante largos periodos a ralentí. Si no tenemos ese sistema y las paradas van a ser de más de medio minuto, como en un atasco, mejor parar el motor manualmente.

Corte en retención

Los sistemas de inyección de combustible de los motores modernos cortan el suministro de gasolina o gasoil cuando levantamos el pie del acelerador y hacemos que el propulsor retenga, poniendo en práctica esa popular técnica del "freno motor". Ahí el consumo es cero, a diferencia de lo que ocurre si recurrimos a pisar el embrague en una bajada o dejar ir el coche en punto muerto. Esto último, además de poco seguro, sí que implica un ligero consumo de combustible, porque no se produce ese corte.

Control de velocidad

A la hora de viajar a velocidad constante, los sistemas de control de velocidad de crucero son un buen aliado para conseguir que el consumo no se dispare. Su funcionamiento es especialmente bueno sobre terreno llano y a velocidad constante, como en una autopista. En trazados más escarpados puede que nosotros como conductores lleguemos a superar su funcionamiento y hacer que el coche consuma menos.