Nacieron cuando aún no se hablaba de cambio climático ni había contenedores para reciclar. Además, sin saberlo, practicaban eso que hoy llamamos economía circular. Quizá es por todo por ello que algunos de nuestros mayores son los más concienciados con el reciclaje y la protección del medio ambiente. Por obligación ciudadana o por sus nietos, pero lo cumplen convencidos.
"No creo que encuentres a nadie que recicle más que yo". Así, nada más empezar la conversación, Javier Reyero (67 años) ya nos deja claro que estamos ante un 'pro' del reciclaje: "Yo separo todo, todo, todo, todo; en mi casa tengo seis compartimentos para reciclar, y también suelo ir al punto limpio", explica con tal entusiasmo que bien podría estar hablando de su mayor afición.
No es el caso porque, como abuelo que es, el mayor entretenimiento de este madrileño es pasar tiempo con sus nietos. Hugo y Raúl, de dos años y dos meses respectivamente, son una de sus motivaciones para seguir sumando gestos en beneficios del medio ambiente. No solo reciclar, sino también otros como evitar el coche: "Para mí no es ninguna molestia, lo hago por ayudarles a que tengan un planeta mejor".
En mi casa tengo seis compartimentos para reciclar.
En realidad, Javier empezó a separar envases mucho antes de ser abuelo. Nada menos que hace unos 25 años, según sus cálculos, desde que pusieron los primeros contenedores en Alpedrete, municipio madrileño donde tiene su segunda residencia ("allí también tengo varios cubos", anota). Empezó a hacerlo como una obligación ciudadana más, y asumió el hábito con tanto ímpetu que traspasa la frontera de su hogar, como confirma su hija Laura: "Cuando abrimos regalos siempre está recogiendo los papeles para que no acaben en otro sitio que no sea el contenedor de papel".
Conocieron la carestía y el aprovechamiento de recursos
Por suerte o por desgracia, los mayores conocieron otra época en la primera etapa de sus vidas en la que no había ni tanta abundancia ni tanto consumo de recursos. Los restos de comida se tiraban a los animales, los excrementos se convertían en abono para la agricultura y los mares no estaban llenos de residuos.
Ese recuerdo de antaño hace más fácil la conciencia por el reciclaje. Al fin y al cabo, les es familiar. Salvando las diferencias, por supuesto, todo esto del reciclaje le recuerda a Lucía Hernández (o Luci, como la llama todo el mundo) a los años en los que los traperos recogían la basura por las casas, para luego en las suyas seleccionar lo aprovechable. No había cubos, ni camiones, y era la forma de subsistencia de muchas familias.
Luego llegaron los contenedores de reciclaje a su barrio. Desde entonces, esta madrileña de 84 años lo ha sentido también como una responsabilidad ciudadana. Incluso ejerció de prescriptora con las vecinas que no confiaban en el sistema de recogida. Y algo debió calar su mensaje, pues esas vecinas hoy sí reciclan: "Ya no dicen que va todo al mismo sitio", asegura satisfecha.
Implicar a una parte muy importante de la población
Que el colectivo de mayores esté concienciado en el reciclaje es especialmente importante porque cada vez representan una parte más importante de la población. En España hay 9,2 millones de personas de más de 65 años, y la tendencia es que aumente cada año. Es por ello que nació el proyecto 'Terceros en edad, primeros en reciclar', una iniciativa que ha acercado el reciclaje a más de 385.000 personas mayores.
El proyecto, liderado por Ecoembes, la organización ambiental sin ánimo de lucro que coordina el reciclaje de los envases del contenedor amarillo y azul en España, busca la implicación de los mayores en el reciclaje a través de actividades, salidas o acciones de voluntariado, entre otras. También importante, este proyecto les ha acercado físicamente el reciclaje instalando papeleras y contenedores en 813 centros para mayores (entre residencias, centros de día, etc.) de seis comunidades autónomas.
Y es que, además del reciclaje en casa, este hábito debe extenderse también en otros ámbitos, como en el trabajo y en nuestras actividades sociales.
Encarna Ramírez es un buen ejemplo de ello. A sus 73 años, esta extremeña ya jubilada empezó a reciclar en su casa y en su tienda de alimentación desde que instalaron los primeros contenedores en su pueblo, La Zarza (Badajoz). Le daba apuro tirar las cajas al contenedor normal habiendo uno de cartones. Poco a poco se convirtió en un hábito y hoy ya no concibe no hacerlo. Hasta sufre cuando sale a andar por los alrededores del pueblo y ve cualquier residuo en pleno entorno natural: "Con la de años que tarda eso en desaparecer, madre mía".
"Yo no pienso en que me pueda afectar a mí, pero pienso en mis hijos y en los nietos".
Empezó como una obligación ciudadana, pero el mensaje medioambiental y el avance del cambio climático que ha ido percibiendo a través de los medios de comunicación la han convencido de que es "necesario" hacerlo: "Yo no pienso en que me pueda afectar a mí, pero pienso en mis hijos y en los nietos".
Lo cierto es que la conciencia por el reciclaje ha aumentado de forma general, tanto en jóvenes como en mayores. El número de españoles que se declaran recicladores en España aumentó casi dos millones en 2020 con respecto al año anterior, según un estudio sobre hábitos de reciclaje realizado por Catchment para Ecoembes. De media, los hogares españoles tienen tres cubos o bolsas para separar residuos.
En total, según este mismo estudio, hay 38,9 millones de españoles que se declaran recicladores, de los cuales un 75,4% dice "hacerlo con orgullo". El mismo orgullo con el que Javier afirma que recicla más que nadie, el que tiene Luci por hacerlo desde el primer día y el que tendrá Encarna cuando siga haciéndolo dentro de otros muchos años. "¿Te ves reciclando con 90 años?", preguntamos, a lo que responde entre risas y tirando de interjección extremeña: "Ave, si tengo la cabeza bien seguiré reciclando".