Plásticos, colillas o accesorios para la pesca. Son algunos de los objetos del elenco de porquerías que podemos encontrar en cualquier playa, cualquier día. Desperdicios que, gracias a una red de voluntarios, desaparecen de la naturaleza.

Porque aunque la basura todavía se deje ver en estos espacios, cada vez somos más conscientes, y aunque hay quien ensucia pero, sobre todo, hay quien limpia.

Redueña en Madrid, o Benicasim, en Castellón, forman parte de esa red de más de 500 municipios que han unido sus fuerzas contra la basuraleza bajo el proyecto 'Mi Pueblo Sin Basuraleza', una iniciativa de LIBERA junto a la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP): "Todo lo que sea educar y ser constantes es un éxito garantizado. Es un esfuerzo que nos corresponde a todos, al Ayuntamiento como administración y al vecino", reconoce la alcaldesa del municipio madrileño.

Porque cuantos más ayuntamientos con sus correspondientes vecinos colaboren en esta misión, más fácil será que el único verde que podamos ver en la naturaleza sea el que deba estar allí, y no el de plásticos, hilos de pesca o vidrios.