El historial médico de José es un auténtico calvario para él y para su familia. Sin brazos ni piernas, contagiado por VIH y con hepatitis C, su madre, una señora de 79 años es la que se hace cargo de sus cuidados.

Una situación que parece no tener muy en cuenta la Comunidad de Madrid, que a pesar de su extrema situación, no le ha proporcionado una plaza en un asilo en una residencia para personas con discapacidad, según cuenta la Cadena Ser.

La historia de José es dura y tiene su inicio en 2012 cuando entró en la cárcel por robar para poder comprar droga, allí enfermó y perdió las cuatro extremidades por una gangrena. Tras su salida de prisión pasó unos exámenes médicos y le reconocieron una discapacidad del 96% pero en 2014 le negaron la plaza en una residencia por "dependencia a sustancias tóxicas psicoactivas", algo que José asegura que es falso.