Ciencia en Japón
De macho a hembra: por primera vez, consiguen cambiar el sexo de ratones durante su gestación
El contexto Un grupo de científicos de Japón ha conseguido cambiar el sexo de ratones mientras estos estaban siendo gestados. Aseguran que este avance, relacionado con una dieta baja en hierro, ayudará a investigar enfermedades genéticas.

Resumen IA supervisado
Científicos japoneses han logrado cambiar el sexo de ratones durante la gestación al reducir el hierro en la dieta de las ratonas embarazadas. Algunos ratones que iban a ser machos cambiaron a hembras, desarrollando óvulos en lugar de testículos. Este descubrimiento podría ser crucial para estudiar y prevenir enfermedades. En mamíferos, el gen SRY determina el desarrollo sexual. Al reducir el hierro en un 60%, este gen se silencia, permitiendo el desarrollo de ovarios en lugar de testículos. Aunque solo afectó a 6 de 39 crías, este hallazgo en mamíferos podría tener implicaciones futuras en humanos, ayudando a prevenir enfermedades genéticas ligadas al sexo.
* Resumen supervisado por periodistas.
Nunca antes se había hecho algo así. Científicos japoneses han conseguido cambiar el sexo de ratones mientras los gestaban sus madres. Lo han hecho reduciendo el nivel de hierro en la alimentación que se le da a las ratonas, durante el embarazo.
Algunos de los ratones que han nacido iban a ser machos, pero en un momento determinado, su sexo cambió al femenino y desarrollaron óvulos en vez de testículos. Ahora, tras despertar como mínimo asombro por este descubrimiento, los científicos de Japón responsables aseguran que, en un futuro, esto supondrá un gran avance a la hora de estudiar y hasta prevenir enfermedades.
Lo que está claro es que estos roedores han experimentado un cambio clave de macho a hembra. La pregunta ahora es: ¿cómo se ha producido?
En los mamíferos, durante las seis primeras semanas los embriones son idénticos. Justo en este momento, hay un gen con un papel fundamental para determinar el sexo: el Gen SRY. Si está presente en el embrión, se comienzan a desarrollar los testículos.
Estos investigadores han descubierto que si reducían los niveles de hierro, un 60%, en las dietas de las ratonas gestantes, ese gen SRY se silenciaba. La consecuencia: en lugar de crearse los testículos, se comienzan a producir los ovarios. Aunque ojo, porque esto solo ha sucedido en algunas crías. No ha funcionado en todos los casos.
Eso sí, los japoneses han "demostrado experimentalmente que un factor externo puede determinar el desarrollo del embrión, un cambio de sexo desde una base genética masculina a una femenina", explica Víctor Jiménez, microbiólogo. Es decir, que una dieta pobre en hierro puede condicionar una mayor frecuencia de nacimientos de hembras.
En este caso afectó a 6 de 39 crías. Un hallazgo que se produce por primera vez en un mamífero. Aunque aún queda muy lejos comprobar si esto se podría poner en práctica en seres humanos, los científicos consideran que podría ayudar a prevenir enfermedades genéticas. "Si se sabe previamente que ese embrión, si llega a término, va a tener una enfermedad ligada a su sexo, si se le cambia el sexo no la tendrá", razona Vicente Larraga, profesor de investigación del CSIC.
Hay que recordar que el hierro es un elemento fundamental en el organismo para activar o desactivar moléculas. Quizás nunca tuvo tanto peso en una decisión vital.