En pleno siglo XXI

Machismo disfrazado de tradición: las vecinas de Cervera (La Rioja) se plantan para poder bailar tras ser boicoteadas

El contexto Ante su pretensión, la cofradía aprobó en 2023 unos estatutos en los que se prohibía de forma explícita la entrada de mujeres a la iglesia para bailar la 'Gaita'. Dos años después lo hacen en la plaza, pero entre molestias que les obligaban a parar.

Machismo disfrazado de tradición: las vecinas de Cervera (La Rioja) se plantan para poder bailar tras ser boicoteadas
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La de las mujeres del municipio riojano de Cervera del Río Alhama es la imagen de la reivindicación tras años sin poder bailar su tradicional 'Gaita'. El problema es que algunos ponen la condición de ser hombre para hacerlo dentro de la iglesia. Algunos como el vecino que aparece en las imágenes sobre estas líneas, en las que no duda en subrayar que "las mujeres son unas cabronas que no hacen más que picar a los hombres".

Incluso, una vecina de la localidad insta a "que ellas bailen donde quieran, pero que no rompan lo que teníamos antes". Sí, en pleno 2025 las puertas de la iglesia de Cervera se cierran para ellas. Eso sí, se mantienen implacables y siguen bailando, pese a que en 2023 la cofradía aprobó unos estatutos en los que se contemplaba la prohibición de forma directa de la entrada de mujeres. Algo que sucedió después de que se colaran en el templo.

Desde entonces, mientras ellos bailan dentro, ellas lo hacen aquí en la plaza del municipio. Se trata de una 'Gaita' mixta, donde todos pueden bailar, pero el machismo se resiste y ni con esas les dejan hacerlo. Tal y como se observa en las imágenes sobre estas líneas, aquellos que bailan alrededor de ellas les increpan y molestan.

Así lo denuncian en un comunicado compartido en su perfil de Instagram en el que definen lo ocurrido como "un hecho lamentable". "Mientras danzábamos en la calle, los danzantes de la Gaita de San Gil han interrumpido nuestro baile de manera irrespetuosa. Nos han empujado y 'obligado' a dejar de danzar (...) en las calles, que son de todos y todas".

En ese sentido, consideran que se trata de una "auténtica vergüenza que se utilicen las excusas de la 'tradición' y el machismo para impedir lo que en realidad es un acto de libertad, cultura y unión de un pueblo", porque "la 'Gaita', el baile y la música son patrimonio común". Precisamente por ello, "nadie debería imponer quién puede o no puede disfrutar de ellos".

En definitiva, parece que ni dentro ni fuera pueden disfrutar de su propia tradición. Algo que si bien debería fortalecer la unión de un pueblo, acaba en un episodio de discriminación y machismo casposo. Por eso recuerdan que "la tradición también evoluciona, y la cultura solo tiene sentido cuando es compartida con respeto y en igualdad".