La Generalitat ha intervenido la residencia de Ullastrell, la única de este municipio de Barcelona, después de que dos extrabajadoras denunciaran que no se seguían los protocolos. Un centro donde hay una treintena de ancianos y en la que 12 de ellos han fallecido por coronavirus.

Los audios publicados por ABC desvelan ahora las irregularidades llevadas a cabo en el centro de mayores que evidencian el maltrato a sus residentes. En ellos se puede escuchar a la que fuera directora del centro hablando de forma despectiva de Pepita, una mujer de 84 años, contagiada por COVID-19.

"Se tiene que hacer lo que a mí me salga de los huevos. Se han acabado los privilegios con la Pepita. La Pepita come lo que hay en el plato, y si no come pues qué se le va a hacer, la vida es muy dura. Y si se pone mala, en cuanto veáis cualquier cosa, 061 y a tomar por culo", le dice la propietaria de la residencia a las auxiliares.

Unas indicaciones que van más allá y que abarcan a toda la familia de la mujer. "A la familia de la Pepita ni agua. Ni a la hija, ni al yerno. Se ha acabado dorar la píldora a los hijos", ordena la directora.

"Y en ninguna de vuestra distribución de tareas pone 'atender a la hija de Pepita'. Y cuando la hija os diga algo, ni la miréis, os dais la vuelta y seguís andando y a tomar por culo", termina diciendo a sus empleadas.

La consellería de Salud de la Generalitat gestiona desde el pasado jueves la residencia de mayores, de manera que pasa a estar dirigida por la residencia Vallparadís, que depende de MútuaTerrassa.

Los nuevos gestores han subrogado al personal, al que se ha sumado un nuevo médico, y han asumido los protocolos de actuación establecidos por los departamentos de Salud y de Asuntos Sociales.

El Ayuntamiento de Ullastrell ha anunciado que presentará una demanda contra la propiedad de la residencia para aclarar las circunstancias en las que se produjeron los fallecimientos de los ancianos y depurar las responsabilidades civiles o penales que se deriven.