España es un destino muy deseado por los llamados 'nómadas digitales', personas que teletrabajan para empresas extranjeras y que pueden conseguir un visado para vivir en nuestro país sin pagar los mismos impuestos que los españoles. Aunque suponen un empuje para la economía de las zonas a las que se trasladan, porque hacen gasto, su presencia también puede provocar la subida de los precios de los alquileres. Pero, ¿cómo es realmente la vida de un nómada digital?

Pía Álvarez es una de esas personas que pueden trabajar en remoto desde cualquier lugar del mundo. "Siempre quise tener esa libertad de tiempo y de espacio, de poder ir donde yo quisiera, cuando yo quisiera y manejar mis tiempos", explica.

Una vida muy tentadora, donde prima la libertad, pero que requiere de mucha organización, según incide Adolfo Berraquero, fundador de la comunidad de nómadas digitales 'Alotuyo': "Sí hay que tener cierta capacidad de gestionar la incertidumbre y tal vez de no obsesionarte con el control y ser organizado para no caer en la ruina, que no en la rutina", advierte.

Y es que en este vivir itinerante, la vivienda también es un problema: "Últimamente el tema de las rentas se han convertido en un gran reto porque muchas cosas han aumentado mucho de precio", señala en este sentido otra 'nómada', Carla Díaz.

Bosco Soler suma 60 países en la mochila. El fundador del coworking online 'SinOficina' es 'nómada' desde hace 10 años y tiene claro cuál es la cara menos amable de su estilo de vida: "La soledad", afirma. "Hay momentos que quieres estar cerca de la gente que te importa". La parte emocional, coincide Pía, es la más dura de su día a día: "Siempre me pregunto: ¿hasta cuándo voy a querer vivir así? ¿Es viable en el tiempo?". "El hecho de estar en constante cambio es bastante agotador", afirma. Otra desventaja, añade Adolfo, es tener que "estar pensando, cuando no me apetece pensar, dónde voy a vivir el mes que viene".

"Cada ciertos días me planteo si estoy donde quiero estar y si no estoy a gusto cojo la mochila y cambio de lugar", apunta por su parte Bosco. Destinos que eligen, en el caso de Adolfo, en función de que haya una buena "conexión internet" y "que haya sol". Para Carla, "que sea un destino relativamente económico y que sea seguro para las mujeres son filtros bastante importantes".

"Una vez pruebas la vida sin oficinas, sin jefes y horarios no hay vuelta atrás", sostiene en cualquier caso Bosco. No obstante, todos ellos coinciden: su nomadismo tiene billete de vuelta.