Los padres explicaron a la prensa que cuando era niño se "volvió anormal" después de que se escapara a los seis años y fuera llevado por un desconocido a una casa que estaba siendo exorcizada.
Según contó su madre, después de regresar a su casa, ella y su esposo decidieron encerrarlo porque empezó a correr por las calles y a comer comida de los vecinos.
La familia residía en el municipio de Beihai, provincia de Guangxi, en el sur de China, un país donde todavía no hay mucho conocimiento generalizado sobre las enfermedades mentales.
"El hombre, de rostro pálido y cuerpo delgado, vivía en una habitación oscura y húmeda".
La madre explicó que ella y su esposo cuidaban de las necesidades cotidianas de su hijo, pero no tenían otra alternativa que mantenerlo encerrado en su casa. En su rescate acudieron efectivos de un hospital local y de un centro psiquiátrico, quienes ahora se encargan de su cuidado.