Según informa el
Tribunal Superior de Justicia valenciano, el Juzgado recibió la denuncia en la
que la joven relataba varios episodios violentos sufridos en diferentes
momentos de la relación, el 15 de diciembre, ocho días antes del suceso mortal.
Ese mismo día 15, la
jueza tomó declaración a la víctima y a su presunto agresor, siendo la única
denuncia que consta de ella contra él en ese juzgado de Vila-real. Tras
escuchar a ambos, el fiscal apreció indicios de tres delitos de lesiones en el
ámbito de la violencia de género, aunque el juicio no pudo celebrarse porque
las versiones eran contradictorias y no existía parte médico que acreditara las
lesiones que relataba la víctima de los distintos ataques.
El fiscal solicitó
entonces nuevas diligencias para completar la instrucción, según el TSJCV.
Entre ellas, pidió que se tomara declaración a tres testigos, que se
requirieran las grabaciones de un bar en el que la denunciante contaba que
había tenido lugar uno de los episodios violentos y que se pidiera información
a un centro médico al que la chica acudió en una ocasión tras una de las
agresiones relatadas.
En aquella ocasión, la
víctima no refirió al personal sanitario el origen de los daños de los que fue
atendida. A la espera de la práctica de esas diligencias, el fiscal pidió que
se prohibiera al presunto maltratador acercarse a menos de 200 metros y
comunicarse con la víctima por cualquier vía, petición a la que se adhirió el
abogado de la denunciante, quien no solicitó ninguna medida complementaria.
El TSJCV asegura que ni
el fiscal ni el abogado de la víctima solicitaron prisión para el detenido por
los hechos denunciados. El supuesto agresor había sido condenado en septiembre
2013 a 64 días de trabajos en beneficio de la comunidad por dos episodios
violentos con una pareja anterior, a la que en una ocasión dio una bofetada
cuando volvían de una fiesta y en otra ocasión amenazó.
Fue una sentencia de conformidad, en la que el maltratador reconoció los hechos y aceptó la pena que le pedía el fiscal. Ayer, el Cuerpo Nacional de Policía confirmó que la joven fue introducida "a la fuerza" por su expareja en el turismo siniestrado la mañana del pasado día 23, lo que refuerza la hipótesis de que se trate de un nuevo caso de violencia de género, como ya estudia el citado juzgado vilarrealense.