Un grupo de sacerdotes de la diócesis de Rancagua, en el centro de Chile, han sido acusados de integrar un grupo secreto autodenominado 'La Familia' que en los últimos años habría cometido abusos sexuales y conductas inapropiadas contra menores de edad y jóvenes.
Elisa Fernández, excoordinadora de pastoral juvenil, denunció esta situación, en la que presuntamente están involucrados una docena de presbíteros, en un reportaje televisivo que emitió Canal 13. "No sé si llamarlo cofradía, secta o grupo de sacerdotes que tienen prácticas que no se conllevan con su condición de curas, y con respecto a jóvenes, por lo menos en mí época, de entre 15 y 29 años", explicó Fernández, que participó activamente en actividades de la Iglesia católica durante catorce años.
Fernández aseguró haber sido testigo de cómo sacerdotes de la diócesis de Rancagua, una ciudad situada a 85 kilómetros de Santiago, comentaban sus preferencias sexuales por menores de edad. La denunciante entregó hace un año y medio una lista con los nombres de los sacerdotes involucrados en estos hechos al obispo de Rancagua, Alejandro Goic, aunque el religioso, dice Fernández, no ha tomado ninguna medida.
Por ello, creó una cuenta de Facebook en la que se hizo pasar por un joven llamado Pablo de 16 años y contactó a uno de los curas cuestionados, el párroco Luis Rubio Contreras, de la localidad de Paredones. El párroco de 54 años envió al supuesto menor de edad mensajes de contenido erótico y fotos suyas totalmente desnudo, hechos que él mismo admitió al ser confrontado por el periodista en el reportaje televisivo.
"Reconozco que hice eso, sé que es horrible, pero más de eso no puedo decir nada más", señaló el párroco, que agregó: "Es un día de mucha tristeza y lamento lo que he hecho. Siento mucha vergüenza". A raíz de este episodio, el Obispado de Rancagua anunció su decisión de suspender temporalmente al párroco de sus funciones y el envío de los antecedentes a la Santa Sede.
Elisa Fernández denunció la pasividad del obispo Alejandro Goic ante los hechos, a pesar de que se reunió con él hasta en cuatro ocasiones para hablar del tema. Goic, que llegó a Chile procedente de Roma, donde participó junto al resto de obispos chilenos en los encuentros con el papa Francisco para abordar los escándalos de abusos sexuales en la Iglesia, aseguró que no se indagó con profundidad a Luis Rubio porque nunca hubo una "denuncia formal".
"No estudié para ser detective, estudié para ser pastor", sostuvo Goic, uno de los obispos chilenos más influyentes y que además encabeza el Consejo Nacional para la Prevención de Abusos contra Menores y Acompañamiento de Víctimas de la Conferencia Episcopal chilena.
Estas nuevas denuncias agravan la delicada situación de la Iglesia chilena tras las reuniones de los obispos con el papa, que les entregó una carta que contiene parte de la conclusiones de la extensa investigación que realizó el arzobispo maltés Charles Scicluna sobre los abusos cometidos por el clero en Chile. Tras las reuniones, todos los obispos chilenos pusieron sus cargos en manos del papa Francisco para que decida quienes siguen en sus funciones.