La contaminación por el vertido del buque accidentado el pasado lunes llega a la bahía de Sandy Bay. Desde esta tarde un operativo de limpieza trabaja para eliminar las pequeñas cantidades de petróleo detectadas, según las autoridades marítimas de Gibraltar. Además, se ha desplegado una barrera absorbente para evitar que el vertido se extienda más.
"Tenemos miedo de que el vertido estropee nuestras playas", afirma una vecina. Sandy Bay es ya la segunda orilla que alcanza parte del combustible. Los ecologistas aseguran que el petróleo se expande por la bahía con la dinámica de las mareas y vientos.
En la playa de Poniente, en la Línea de la Concepción, continúa prohibido el baño. "Se permite estar en la pasarela, pero no se puede pasar a la arena", indica una policía local.
Una decisión que ya hace mella en los negocios de la zona. "Estamos teniendo menos clientes por las cancelaciones", lamenta un hostelero.
Se han cerrado tres caladeros y pescadores como Jonathan no pueden trabajar: "Somos unos 80 barcos pesqueros, en total, 500 familias afectadas que no vamos a faenar y no sabemos hasta cuándo".
Durante todo el día no han cesado los trabajos de extracción del combustible y, aunque a un ritmo más lento de lo esperado, las perspectivas son positivas.
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Si se conseguirán los objetivos, o no, depende de la fuerza y dirección del viento. Sobre el futuro del buque, el ministro de Gibraltar, Fabian Picardo, asegura que se desguazará, en principio, en el sitio donde está varado.
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Los equinos, que posteriormente fueron contenidos por las fuerzas del orden, galoparon sin control por céntricas calles de la capital durante alrededor de dos horas. Vídeos colgados en las redes sociales grabaron la carrera de uno blanco, cubierto de sangre.