Gaia, conocida en su nombre técnico como JJ4, es una osa de 17 años que habita en el Trentino, en los Alpes italianos, y ha sido capturada y condenada a muerte hasta en dos ocasiones.

La primera fue en 2020 por atacar y matar a dos personas. Se decidió entonces ponerle un collar para detectar sus movimientos, pero la batería se agotó y nunca más se repuso.

La última condena data de hace apenas días por matar a Andrea Papi, un joven de 26 años corredor de alta montaña. Sin embargo, la orden de sacrificarla ha quedado suspendida hasta el próximo 11 de mayo. Ahora, el Ministerio de medio ambiente está realizando un estudio de todos los plantígrados de la zona.

Asociaciones animalistas defienden que se le ponga un dispositivo de rastreo, mientras que entre los vecinos hay división de opiniones: hay quienes piensan que "es peligrosa", mientras que otros optan por trasladarla de lugar.

En dos semanas se sabrá el futuro de Gaia: si es sacrificada, se le vuelve a poner un collar o se la indulta y envía a otro hábitat, en Alemania o hasta en Jordania.