La rápida respuesta de los agentes de la Policía Nacional ha impedido en Madrid que las víctimas de un secuestro virtual llegaran a desembolsar hasta 10.000 euros para evitar que su hija sufriera ningún daño.
Las víctimas son dos sexagenarios con residencia en el madrileño distrito de Villa de Vallecas. El Día de Reyes, mientras la mujer se encontraba en su domicilio recibió la llamada telefónica de un hombre con acento extranjero que le dijo tener secuestrada a su hija y que para poder volver a verla debía obtener a cambio 10.000 euros.
De hecho la conminó a dirigirse a su entidad bancaria de inmediato, bajo la amenaza de cortarle un dedo a su hija y mandarle un vídeo para que fuera testigo de lo que podía llegar a cometer. Mientras el secuestrador virtual mantenía a la víctima al teléfono, ésta caminó hasta el banco, donde también llegó en ese momento una patrulla de la Policía Nacional.
El marido de la víctima había llamado tan sólo unos minutos antes al 091 para informar de lo que estaba pasando y la rápida respuesta de los agentes permitió que no se llegara a producir ningún movimiento bancario.
Paralelamente, otros agentes se dirigieron al lugar de trabajo de la supuesta secuestrada, donde comprobaron que se encontraba perfectamente, ha informado este sábado la Jefatura Superior de la Policía Nacional en un Madrid en una nota de prensa.
Esta modalidad delictiva es conocida como secuestro virtual, una estafa que durante el pasado año 2019 ha dejado a la Policía Nacional 130 casos, de los cuales llegó a haber un desembolso económico en cinco de ellos y en dos se pudo recuperar el dinero. Bajo el hashtag #NoEsReal, los perfiles de la Policía Nacional en redes sociales ofrecen información y consejos sobre cómo reaccionar en caso de recibir una llamada de este tipo.
Entre las características principales de los secuestros virtuales destacan la sorpresa y el estado de angustia en el que se sume a la víctima. Habitualmente son llamadas inesperadas provenientes de números ocultos o con prefijo del extranjero.
Lo que buscan los delincuentes es provocar la máxima angustia y bloqueo emocional, por lo que son muy agresivos y directos, incluso pueden llegar a poner al teléfono a terceras personas que imitan gritos y lloros de las supuestas víctimas.
Otra de las estrategias de los secuestradores virtuales es tratar de prolongar al máximo la llamada para evitar ninguna reacción de la víctima. Lo que buscan así es que no pueda avisar a la Policía y obtener el dinero sin llegar a colgar el teléfono, principalmente a través de empresas de envío de dinero.