La joven protagonista de esta historia decidió acudir a su fiesta de graduación de secundaria con su amigo Phillip Freeman, un joven negro. Después de la fiesta, la joven decidió publicar una foto de la noche junto a su amigo en Facebook.
Después de la publicación, su padre, que no vive con la joven, le envió varios mensajes al móvil con un alto contenido racista. En primer lugar, el padre le aseguró que su relación había acabado, que estaba "muerta" para él y que no le iba a pagar la universidad.
Los mensajes continuaron y la joven acusó a su padre de racista. Ante esto, el hombre le aseguró que "si", que lo era e incluso le dijo que no "volviera a ponerse en contacto" con él.
Anna Hayes le dijo que "no hizo nada malo" pero a pesar de ello su padre la mandó al infierno. La joven ha asegurado, según publica 'Daily Mail', que sabía que su padre era un hombre racista, pero no hasta ese punto.
La joven dice que "no puede creer cómo alguien puede odiar a alguien que ni siquiera conoce debido a su color de piel" y que "es importante que la gente vea que el racismo está muy vivo", por ello ha publicado la conversación.