Dani Alves se ha dejado ver por primera vez después de que saliese de prisión. Lo ha hecho a las 9:15 horas y vestido de blanco en la Audiencia Provincial de Barcelona acompañado de su abogada, Inés Guardiola, y de Bruno, su amigo íntimo.
El futbolista tardado 15 minutos en firmar para dar cumplimiento a una de las medidas cautelares que se le impusieron para obtener la libertad provisional, después de haber depositado un millón de euros de fianza.
Su llegada se han escuchado gritos como "puto violador de mierda", provenientes de las personas que se encontraban en las inmediaciones de la Audiencia Provincial de Barcelona. A la salida de los juzgados, Alves se ha negado a responder a las preguntas de los periodistas y ha entrado directamente en el coche.
Cabe recordar que el exjugador del FC Barcelona abandonó la prisión de Brians 2 este lunes, a pesar de estar condenado a cuatro años y medio de cárcel por violar a una joven en una discoteca de Barcelona, sentencia sobre la que pesan varios recursos.
Durante su periodo en libertad provisional, Alves debe cumplir una serie de requisitos. Los primeros ya los ha cumplido: ha depositado una fianza de un millón de euros y ha entregado sus dos pasaportes (español y brasileño).
De manera adicional, Alves tiene que presentarse todos los viernes -o el día anterior laborable en caso de ser festivo- ante la Secretaría de la sección 21, facilitando además un número de teléfono para estar localizable. El futbolista tiene prohibido abandonar el territorio español y ha trasladado al Consulado de Brasil en Barcelona que, si el futbolista pide la expedición de un nuevo pasaporte, deberán comunicárselo previamente, así como a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.
Por último, el deportista tendrá prohibido comunicarse o acercarse a más de un kilómetro de la víctima. El incumplimiento de cualquiera de las medidas cautelares podría suponer la revocación de la libertad provisional.
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