El futbolista Dani Alves ha salido de prisión tras haber pagado la fianza de un millón de euros que la Audiencia de Barcelona le impuso para eludir la cárcel hasta que la sentencia sea firme. Tras llegar a su casa, el deportista realizó un pedido a domicilio. En concreto, Alves pidió una hamburguesa que llegó con un repartidor mientras los medios de comunicación que se encontraban en la puerta de su casa grababan el momento.

"Hay que decirle a Alves que vigile porque le ha costado mucho reunir el millón de euros, no es cuestión de dilapidar lo poco que le queda en hamburguesas y flores", afirma Alfonso Arús, que destaca que ahora al futbolista "le toca una economía familiar de supervivencia". Además, los medios también han grabado cómo un repartidor entregaba un ramo de flores en el domicilio, presuntamente un regalo de Alves a su mujer, Joana Sanz. Un hecho que confirmaría que ambos se encuentran compartiendo casa.

El exjugador del FC Barcelona, no obstante, no podrá abandonar España ni acercarse a la víctima o comunicarse con ella. En este sentido, el tribunal le impuso la retirada de sus dos pasaportes, la prohibición de salir del territorio nacional y la obligación de comparecer semanalmente ante la Audiencia, así como una orden de alejamiento.