Tras quedarse con las alhajas, el presunto autor deun delito de hurto vendió parte de ellas en joyerías y establecimientos de compro oro, afirma la Jefatura Superior de Policía en Canarias en un comunicado.
Los hechos fueron denunciados por la propietaria de las joyas, quien dio cuenta de que habían sido sustraídas del interior de un joyero de su dormitorio.
La denunciante sospechó del personal del servicio doméstico que tenía contratado, a través de una empresa, por lo que las pesquisas policiales se centraron en recabar de dicha entidad los datos de filiación de los empleados, lo que permitió comprobar que uno de ellos había efectuado numerosas ventas de joyas en distintos establecimientos de compro oro y joyerías de Gran Canaria.
Los agentes recuperaron dichas piezas, que la denunciante reconoció como de su propiedad, y detuvieron al empleado de 58 años de edad como presunto autor de un delito de hurto.
Una vez arrestado, el trabajador reconoció los hechos a los agentes y procedió a la entrega voluntaria de varias joyas sustraídas que tenía guardadas en su domicilio, que igualmente fueron reconocidas y entregadas a su legítima propietaria.