Los nueve miembros del jurado popular que decide la sentencia de Ana Julia Quezada se enfrentan a 30 preguntas y tendrán que probar hechos como si la acusada simuló estar afligida durante la búsqueda o si mató a Gabriel para aumentar el dolor de su madre.

La jueza, en presencia de Ana Julia Quezada, les ha explicado que deben contestar "con imparcialidad, sin odio y sin afecto" y, tras ello, se han introducido en una sala de trabajo con una mesa de juntas, un fichero en el que podrán consultar el sumario del caso y una televisión para visionar las sesiones que se han grabado en el juicio en caso de duda.

Además, tendrán una sala contigua para el descanso, con sofás y una cocina. Porque los miembros del jurado no podrán abandonar este área hasta que dicten un veredicto.

Se trata de un trabajo complicado, porque las tres partes plantean diferencias sobre cómo sucedieron los hechos. Para la fiscalía, Ana Julia asesinó a Gabriel lo hizo con alevosía aprovechando que el niño no podía defenderse y pide para ella prisión permanente revisable. Una condena a la que se une la acusación, pero añadiendo ensañamiento y el agravante de premeditación.

Para el abogado de Ana Julia, la muerte de Gabriel fue un homicidio y pide hasta 15 años de prisión. Una pena elevada, pero siempre más beneficiosa que la prisión permanente revisable.