La pequeña Lina, de tres años, vive en la Cañada Real, donde desde hace casi tres meses están sin luz. Ella necesita un respirador las 24 horas para sobrevivir, y la carencia de este bien básico le complica su estado.

Desde Naciones Unidas han reclamado a las autoridades competentes que proporcionen a la niña un alojamiento adecuado para las necesidades de salud y, según sus padres, eso todavía no ha ocurrido. "Nos han ofrecido desde el Ayuntamiento de Madrid un piso compartido", reconoce la madre, pero por el grave estado de salud de la pequeña, los médicos recomiendan que solo se relacione con su familia más cercana.

Así lo dicen los propios informes médicos que su madre ha acreditado: Lina debe evitar cualquier contacto con gente que no sea del entorno familiar más cercano. De momento, gracias a una donación, han podido instalar paneles solares en el techo de su casa.

Pero está no resulta una solución definitiva: "Yo quiero pagar un alquiler, yo no quiero que me regalen nada", asegura la madre.

La familia de Lina no es la única que sufre las consecuencias de la ausencia de luz. Idilia se ha quemado la espalda con una vieja estufa de leña, que no le queda más remedio que usar para no pasar frío.

Tiene que usar esta vieja estufa de leña, debido a que en su casa de la Cañada tampoco hay luz. Manejarla por la noche y a oscuras, es peligroso.

¿Cómo solucionar el problema?

En la problemática de la luz de la Cañada hay cuatro partes implicadas. Por un lado, está la Comunidad de Madrid; por otro, la empresa que suministra la luz; la delegación del Gobierno y los narcotraficantes de la zona.

Delegación del Gobierno y la suministradora de la luz han asegurado que una posible solución pasaría por declarar la Cañada zona de emergencia, con el fin de instalar generadores. Y dicha responsabilidad, la delegación, la deriva a la Comunidad de Madrid.

El Gobierno autonómico afirma que no tiene esa competencia, ya que la zona de emergencia solo se declara por catástrofe natural.

Por su parte, la Delegación asegura que ha realizado más de 20 intervenciones contra los narcotraficantes de la Cañada en los últimos meses, pero para luchar contra las microplantaciones indoor de marihuana necesitan más autorizaciones judiciales.

Mientras, Naturgy ha negado haber cortado el suministro a la Cañada Real y ha asegurado que tampoco ha instalado limitadores de potencia en sus instalaciones. Alegan que el suministro "se ve interrumpido constantemente en el sector VI, y esporádicamente en el sector V, a consecuencia de elevadas sobrecargas en la red que provocan la actuación automática de las protecciones de los propios equipos, obligados por la normativa técnica", de las que, dicen, "desconocen el origen".

Mientras se aclaran y se pasan la pelota, los vecinos de los sectores 5 y 6 de la Cañada piensan que los están apagando, tal y como reflejaron ayer con todas estas velas.