Un niño de solo nueve años se dirigió a la Policía para denunciar que su padre estaba abusando sexualmente de su hermanastra. El horror narrado por el pequeño iba más allá: él, su hermanastra y sus dos hermanos no iban al colegio, sus padres no les daban de comer y vivían todos hacinados en condiciones insalubres.
La investigación ha sido laboriosa y complicada. Así la describen los agentes del área de Protección al Menor, encargados de averiguar la veracidad del relato del niño.
Tras más de un mes tirando del hilo consiguieron constatar que sí que habían existido esos abusos sexuales de su padre hacia su hermanastra, una menor de 15 años. Una situación de la que la madre era consciente.
Como explica el jefe del Área de Protección al Menor de la Unidad Adscrita Policía Nacional, vivían en una casa de una sola habitación que compartían todos los miembros. "Dormían todos hacinados en el salón, con colchones tirados en el suelo", explica el agente. Con ellos, convivían tres perros que no salían del domicilio.
En su visita a la casa corroboraron las pésimas e insalubres condiciones en las que vivían y confirmaron el abandono de los menores. Como los propios menores explicaron, no tenían que comer, ellos ismos se cocinaban y a veces incluso comían la comida de las mascotas.
Los cuatro menores han sido apartados de sus padres y continúan bajo la tutela de la Junta de Andalucía. Dos de los pequeños están en un centro de protección y los dos más pequeños están con una familia de acogida.
El padre se encuentra en prisión acusado de un delito de abusos sexuales a una menor de 16 años, y la madre, en libertad con cargos, tiene una orden de alejamiento sobre sus hijos.
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