La familia de Kayden Culp pide justicia después de que su hijo, un niño de 10 años con necesidades especiales, fuera rociado con gasolina y posteriormente prendido fuego por dos niños mientras jugaba en el campo. Tras el suceso Kayden se encuentra ingresado en el hospital con graves quemaduras en más del 20% de su cuerpo.
Debido a las quemaduras Kayden necesita costosos tratamientos para superar las infecciones y poder estabilizar su corazón, por ello Trislyn Hatchett, madre del pequeño, pide justicia ante el brutal ataque del que ha sido víctima su hijo. Además ha habilitado una página de ayuda para que la gente pueda aportar donativos y poder salvar así a Kayden. A día de hoy ya llevan recaudados más de 20.000 dólares.