No es la única
"Me dio una palmada en el culo y me dio una crisis de ansiedad": el testimonio de una militar que denunció abusos en el Ejército
Los detalles Una sentencia condenó al agresor, pero Débora sufrió las secuelas, pasó más de una década atrapada entre el silencio, el acoso y la falta de apoyo institucional. Hoy, con su salida del Ejército, es reconocida oficialmente por el daño sufrido.

Después de más de una década de lucha, miedo y resistencia, Débora ha recibido la noticia que cierra un capítulo doloroso en su vida: ya no forma parte del Ejército. "Me siento aliviada, pero también triste… Yo quería seguir", explica.
La historia de Débora no es solo la de una mujer víctima de una agresión sexual. Es también la de una institución que, según denuncia, la dejó sola. Lo que empezó en 2012 como un intento de alzar la voz contra un superior se convirtió en una larga batalla contra el sistema.
Todo ocurrió durante unos cursos de formación en Barcelona. "Me dijo que necesitaba clases particulares. Me dio una palmada en el culo y me dio una crisis de ansiedad", recuerda. El brigada fue condenado en 2014 a dos años de prisión por dos delitos de abuso de autoridad. Los hechos —los tocamientos— quedaron probados. Pero en aquel momento, el Código Penal Militar no incluía el delito de agresión sexual. Y eso lo cambió todo.
Débora volvió a su cuartel, en Zaragoza, con una sentencia firme a su favor… y aun así, lo peor estaba por venir. "El acoso fue a más. Me hacían el vacío, me señalaban. Sentí que no podía más. Pensé en quitarme la vida". Lo cuenta sin dramatismo, con una calma que solo puede venir de quien ha tenido que aprender a sobrevivir en silencio.
Ahora, 13 años después, el Ejército le reconoce algo que rara vez se admite: que no está en condiciones de seguir por las consecuencias de lo vivido en acto de servicio. Lo que para ella supone algo de justicia, es también una forma de cerrar un ciclo marcado por la impotencia. Pero su caso no es único.
"El daño que yo sentí fue horrible"
María —nombre ficticio para proteger su identidad— tenía solo unos meses en la Armada cuando fue agredida por un superior. Su testimonio es escalofriante: "Me arrancó los pantalones. Yo tenía las piernas cruzadas con fuerza, y aprovechó eso para forzarlas. Me introdujo el dedo. El daño que sentí fue horrible".
Ella también denunció. También tuvo que seguir trabajando en el mismo entorno. También quedó sola. Desde el Ministerio de Defensa aseguran que todos los casos se investigan y que las víctimas reciben apoyo. Pero para muchas mujeres, ese respaldo no llega o no es suficiente.
016, número contra la violencia machista
El 016 atiende a todas las víctimas de violencia machista las 24 horas del día y en 53 idiomas diferentes, al igual que el correo 016-online@igualdad.gob.es; también se presta atención mediante WhatsApp a través del número 600000016, y los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10.
En una situación de emergencia, se puede llamar al 112 o a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062) y en caso de no poder llamar se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.