Debido a las nevadas que se están produciendo estos días en determinadas zonas de España, trasladarse de un lugar a otro con el coche puede requerir el uso de cadenas para las ruedas. Para aquellos que no estén acostumbrados a ponerlas esta tarea les puede parecer un 'mundo' pero, realmente, el proceso es sencillo. La primera condición es haber comprado unas cadenas adaptadas al tamaño del neumático.

Los expertos aconsejan practicar con ellas antes de que llegue la nieve pero, si no te ha dado tiempo, aquí tienes una pequeña guía con indicaciones de la Dirección General de Tráfico (DGT) para ponerlas.

- Desabrocha el aro rígido de las cadenas.

- Asegúrate de que no están enredadas.

- Introduce un extremo por detrás de la rueda.

- Coge los dos extremos y comprueba que la cadena no ha quedado aprisionada por la rueda.

- Cierra el aro interior por encima de la rueda.

- Asegúrate de que queda centrado por detrás del neumático.

- Cierra el anillo exterior.

- Centra el conjunto de la cadena sobre la zona de rozadura y los flancos del neumático.

- Aprieta bien el tensor.

- Engancha el sobrante de la cadena para que no quede colgando.

No te olvides de que si pones dos cadenas, deben colocarse en las ruedas que hagan la tracción del coche --delanteras, traseras o, en el caso de tener tracción a las cuatro ruedas, hay ponerlas en las de delante-- y que, una vez puestas, es aconsejable avanzar unos 30 metros, parar y volver a tensarlas antes de continuar con la marcha.

Pese a que las cadenas facilitan la conducción en zonas de nieve, también requieren una conducción específica. Tal y como recuerdan desde la DGT, es preciso no circular con ellas a más de 30 kilómetros por hora, así como evitar acelerones y frenadas bruscas.

Cuando acabe el tramo de nieve es mejor parar y quitar las cadenas, pues conducir con ellas sin hielo conlleva un mayor recorrido para la frenada, lo que puede llegar a ser peligroso. Finalmente, las cadenas no deben guardarse mojadas ni sucias, pues la nieve y la sal pueden dañarlas. Deben lavarse y secarse correctamente para poder volver a usarlas sin peligro.