Los hechos ocurrieron la madrugada del pasado 27 de noviembre, cuando un grupo de amigas estaba en una zona de ocio de la capital alicantina y unos chicos observaron cómo dos de ellas se daban un beso. En ese instante "comenzaron los insultos y las amenazas por el simple hecho de no estar de acuerdo con su orientación sexual, llegando el arrestado, incluso, a mostrarles los genitales en repetidas ocasiones", según la Policía.
Las chicas se marcharon del lugar e hicieron caso omiso a los comentarios homófobos, pero fueron seguidas por los jóvenes, quienes, "lejos de deponer su actitud, se abalanzaron" sobre ellas y les propinaron "varias patadas y puñetazos", señala el comunicado.
"Las chicas opusieron resistencia a los agresores y, durante el forcejeo, al principal autor de los hechos se le cayó el teléfono móvil, el cual fue recuperado por las víctimas y entregado a la Policía, lo que permitió a los agentes la rápida identificación del presunto agresor", añade. La Policía indica que, "con este tipo de detenciones, los agentes luchan contra los delitos de provocación al odio, la violencia y la discriminación".
"En este caso concreto, el detenido infringe los valores constitucionales de la dignidad humana por razón de sexo, pues, al parecer, el único motivo de la agresión física y verbal es la intolerancia en cuanto a la orientación sexual de sus víctimas", agrega.
Hasta el momento, los agentes solo han detenido a uno de los jóvenes, pero el grupo de menores de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Alicante continúa trabajando para localizar y arrestar al resto. El joven de 16 años fue puesto en libertad tras declarar en las dependencias policiales y se ha dado traslado del caso a la Fiscalía de Menores de Alicante.
Primera declaración ante el juez
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