La Policía Nacional de Sevilla ha detenido a un varón de 50 años por la presunta autoría de la muerte de una mujer cuyo cadáver ha sido hallado en el entorno del barrio de San Jerónimo. La mujer llevaba desaparecida dos meses, y ha sido el propio acusado el que ha conducido a la Policía hasta su cuerpo.
Tras dos meses de investigación, el Grupo de Homicidios de la Policía Nacional ha detenido a la expareja sentimental de la mujer desaparecida.
El arrestado, ante la Policía Nacional, habría declarado ante las pruebas incriminatorias en su contra que tras el crimen se deshizo del cadáver, rescatado por los investigadores "perfectamente oculto entre los juncos" del brazo del río Guadalquivir correspondiente a San Jerónimo.
Por el estado en el que se encuentra el cadáver de la mujer, de unos 50 años, la identificación del cuerpo sigue pendiente. De confirmarse como un crimen machista, serían ya 21 las mujeres asesinadas en lo que va de año por sus parejas o exparejas.
La desaparición de la mujer fue denunciada el pasado 4 de mayo, e inicialmente sus datos coinciden con los de una mujer boliviana de unos 48 años en paradero desconocido desde nueve días antes.
Según han informado a EFE fuentes de la investigación, oficialmente desapareció el pasado 25 de abril, el día que los investigadores sospechan que se produjo el asesinato, aunque no fue hasta el 4 de mayo cuando su propia hermana acudió a la Policía Nacional tras no tener noticias de su paradero desde nueve días antes.
La mujer estaba inscrita en el Registro Central para la Protección de las Víctimas de Violencia Doméstica (VioGén), tras haber denunciado a su pareja. La Policía Nacional decidió llevar a cabo una investigación centrada en la expareja de la víctima sin comunicar oficialmente su desaparición, que no fue difundida a través de sus canales habituales ni por la web Alerta Desaparecidos.
Violencia machista
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¿Qué falló? El presunto asesino, ahora detenido, tenía una orden de alejamiento y una pulsera telemática, que sin embargo no se activó cuando vulneró la prohibición de acercarse a la víctima. Ahora se investiga por qué.