Aunque nos encontramos en la recta final del verano, nos resistimos a despedir el sol y las tardes en la playa. Agosto ha traído consigo una ola de calor que ha batido récords históricos en nuestro país. Las altas temperaturas nos invitan a consumir alimentos fríos, capaces de darnos una tregua. Por ello, cada verano, los helados se convierten en el imprescindible.
Según publica el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el consumo de helados en España ha crecido un 4% en el último año, elevando la cifra a 149 millones de litros. Esta tendencia del consumo registra una facturación de casi 555 millones de euros, algo que, sin duda, notan los bolsillos de los españoles.
Con la intención de reducir el gasto de las familias y convertir este producto en un capricho veraniego más asequible, la OCU ha compartido tres maneras para preparar helado en nuestra cocina: rápido, sencillo, y barato.
Aquellos que tengan una heladera en su cocina conocen cómo de sencillo resulta hacer helado. Este electrodoméstico logra enfriar el producto mientras lo bate, consiguiendo así una buena textura. Si por el contrario dispones de una batidora o un robot, la OCU desvela que pueden usarse como sustitutos de la heladera.
Tras hacerte con un electrodoméstico, es hora de apuntar la receta. La Organización de Consumidores y Usuarios adjunta un listado de ingredientes que pueden ajustarse a las preferencias de cada uno.
Recuerda que tanto la cantidad de azúcar como los aditivos son una elección que te corresponde tomar. No obstante, esta es la fórmula tipo de helado base que publica la OCU:
Leche entera (500 ml)
Azúcar (150 ml)
Huevos (4 yemas)
Ingredientes que aportan el sabor que elijas (fresas, chocolate, etc.)
Cuando tengas todo, lo mezclas y lo bates. Ahora ya solo queda meterlo en el congelador, y esperar. La OCU recomienda que hagas este paso durante la noche, puesto que el tiempo medio para que se congele el producto es de 4 horas.
Tipos de helados
Aunque la receta compartida corresponda al conocido como ‘helado base, existe una amplia gama en la oferta de este producto. La legislación española recoge su Reglamentación técnico-sanitaria para la elaboración, circulación y comercio de helados y mezclas envasadas para congelar, hasta un total de 11 clases. No obstante, las más comunes a las que podemos tener acceso son estas siete que destaca la OCU:
De crema: su ingrediente principal es la crema de leche. Contiene un mínimo del 8% de grasa láctea y un 2,5% de proteínas de origen lácteo.
De leche: existen dos tipos. Por un lado, tenemos el de leche entera, con un mínimo del 2,5% de grasa. Por otro lado, encontramos el de leche desnatada, con un máximo del 0,3%.
Helado: las proteínas presentes deben ser de origen lácteo, con al menos un 5% de grasa.
Helado de agua: aquí nos encontramos los clásicos polos, con hasta un 88% de agua en su composición.
Sorbete: este helado de agua debe contener, al menos, un 15% de frutas.
Granizado: corresponde a los sorbetes que se encuentran en estado semisólido.
Postre de helado: se trata de helados más elaborados, con decoración.
Cuánto engordan los helados
Una de las preguntas que más preocupan a los consumidores es la traducción de los helados en kilos de más. La OCU nos ayuda a abordar el mito de su elevado aporte de calorías con algunos datos.
Ante la pregunta “¿Cuánto engordan los helados?” la respuesta es: depende del tipo. Según la Organización de Consumidores y Usuarios, hablamos de un alimento con valor energético medio o alto. Una categoría de la que se excluye a los de hielo, menos calóricos.
Tras elaborar un análisis de 50 helados infantiles, la OCU ha extraído tres conclusiones que:
Los polos y sorbetes son los menos calóricos, con una media de 100 kcal/100g de media)
Los helados de leche poseen 210 kcal/100g de media
Los que traen consigo galleta registran 303 kcal/100g de media