Fiestas de Pamplona
Cuántos heridos y corneados han dejado los encierros de San Fermín en 2025
Lo cierto es que no es sencillo definir el número exacto de heridos de los encierros, porque son atendidos por diferentes organismos y enviados a diferentes centros.

Cuando terminan los Sanfermines, llega el recuento. Los encierros de San Fermín de 2025 han sido, como es ya habitual en los últimos años, muy rápidos todos —salvo el segundo, cuando un 'cebada gago' se descolgó de la manada y no quiso entrar en corrales hasta casi pasados cinco minutos y medio—, bastante limpios en general y con no demasiados heridos, en términos globales. Pero lo cierto es que contabilizar todos los heridos en un encierro es bastante complicado.
En un primer lugar, pasados pocos minutos del cierre del encierro, los portavoces de Cruz Roja ofrecen un parte provisional, donde indican el número de personas que han tenido que ser atendidas, normalmente las que han necesitado traslado a algún centro hospitalario, el tipo de lesión (traumatismo o herida por asta de toro, principalmente) y el tramo en el que han ocurrido los incidentes. Sin embargo, este parte varía a lo largo del día y hay que sumar otros factores.
El Hospital Universitario de Navarra (HUN) ofrece, cada día, su informe actualizado de heridos en los encierros, con el número de personas atendidas por contusiones o por cornadas dentro de su servicio de Urgencias. Sin embargo, Cruz Roja a veces comunica también la información de otros heridos, trasladados al centro San Martín que, junto al HUN, son los dos únicos centros sanitarios con urgencias 24 horas durante los Sanfermines.
A esto se suman los muchos puntos de atención sanitaria instalados a lo largo del recorrido de los encierros, uno cada 50 metros, aproximadamente, para atender heridas superficiales y otras lesiones que no requieren traslado a centros hospitalarios. Y además de todos estos, DYA Navarra, que es una asociación de ayuda en carretera de la comunidad autónoma sin ánimo de lucro, también atiende a algunos heridos durante y después de los encierros. Todo esto dificulta enormemente el recuento de heridos, por lo que, de base, hacemos seguimiento de los heridos tratados en el HUN, que son la gran mayoría.
En líneas generales, podemos decir que el segundo encierro (Cebada Gago, el 8 de julio) es el que ha dejado más heridos, aunque en su mayoría por traumatismos (sólo una cornada), mientras que el de los toros de La Palmosilla, que nunca habían dejado heridos por asta de toro, ha sido el encierro que más corneados ha dejado con diferencia. En total, son cinco heridos por asta de toro en todos los Sanfermines, tres de ellos en el penúltimo encierro, el de los de La Palmosilla.
Las cinco cornadas de los toros de San Fermín
- Antonio García (38 años), de Caravaca de la Cruz (Murcia)
- C. S. G. (25 años), de Cortijo Capel (Murcia)
- V. P. C. (27 años) de Puçol (Valencia)
- Manu Martín Chica (22 años), de San Sebastián de los Reyes (Madrid)
- Fermin Sabalza (31 años), de Villava (Navarra)
Entre los ocho heridos del segundo encierro de San Fermín está Antonio García, un corredor experimentado de 38 años y nacido en Caravaca de la Cruz (Murcia). Él es el primer herido por asta de toro en esta edición de los Sanfermines, en un encierro en el que un 'cebada gago', Caminante, se ha descolgado del resto de la manada, generando momentos de tensión en el recorrido por las calles del centro de Pamplona. "Iba corriendo junto a un toro castaño y al final de Estafeta me he caído por los empujones y los agarrones. Al caer un toro que venía por detrás me ha levantado y me ha dado una puntada en la axila. La verdad que he tenido suerte porque no ha sido nada grave", ha explicado García tras salir de las Urgencias del Hospital Universitario de Navarra (HUN), según recoge Diario de Navarra.
El corredor, que lleva 15 años yendo a los encierros de San Fermín, asegura que el de hoy ha sido un encierro "muy difícil", porque "todo el mundo quiere entrar a coger toro". "Esto se está convirtiendo en lo que se está convirtiendo... Ya no es solo que haya mucha gente, es que el encierro viene lento y la gente no corre. La clave aquí en Pamplona para poder correr bien es coger un hueco entre los toros, sino te vas a tener que pelear para que no te empujen y te caigas al suelo", ha señalado. A García alguna vez le había pisado algún toro, pero nunca había recibido una cornada. ¿Y qué pasará el año que viene...? "Ya veremos si volvemos o no".

El día del segundo encierro también se confirmó un segundo herido por asta de toro, pero fue un pequeño puntazo, superficial y muy leve, que fue atendido inmediatamente sin necesidad de trasladar a ningún centro hospitalario. Este puntazo fue durante los tramos iniciales de la carrera, donde los toros salen con más velocidad, en la cuesta de Santo Domingo.
Para llegar al segundo corneado de estos Sanfermines no hubo que esperar mucho: otro murciano, este de Cortijo Capel (Cehegín), recibió una cornada en el tramo de Espoz y Mina el tercer día de Sanfermines. Este segundo murciano herido, de 25 años, recibió una cornada en la parte lateral externa del muslo derecho y aunque tardó algo más que su compatriota, fue dado de alta en tres días del Hospital Universitario de Navarra.
El resto de heridos son del penúltimo encierro, el de los toros de La Palmosilla, la primera vez que esta ganadería ha dejado heridos en Pamplona. Es una de las tres personas que aún sigue ingresada (a día 14 de julio). Según su parte médico, este valenciano de 27 años, procedente de Puçol, recibió una herida por asta de toro en la pierna derecha, de unos cinco centímetros, en la cara anterior de la tibia. Con pronóstico grave, V. P. C. quedó ingresado en Traumatología del HUN.
Manu Martín Chica también resultó herido el día de los de La Palmosilla, en una de las cogidas más impresionantes del encierro. Este joven de 22 años, de San Sebastián de los Reyes (Madrid) —donde también acostumbra a correr los encierros— estaba en la curva de Mercaderes, que es el tramo en el que suele colocarse. Al tratar de apartarse de la manada, se encontró con una persona que "estaba ahí colocada, sin correr" y que fue, según explicó a Noticias de Navarra, lo que le impidió subirse a la valla de seguridad.
Fue la cogida de Manu Martín la que se vio en directo y que hizo a muchos contener la respiración: el toro lo agarró por la zona abdominal y aunque en las imágenes parecía que le había agarrado sólo de la ropa, no fue así. Tiene una herida en la zona lumbar izquierda, con salida parcial del intestino. Grave, pero con mucha "suerte", al menos eso le han dicho los médicos.

Pese a sus 22 años, no es la primera vez que lo hiere un toro durante un encierro. Hace años, un astado le atravesó el gemelo. Y es que a Manu, cuyo padre fue quien le contagió el amor por los encierros, no se le hace nuevo lo de correr delante de un toro. Con 15 años, sin que sus padres no lo supieran, se escondía de ellos para colarse en los encierros de San Sebastián de los Reyes.
El último corneado de estos Sanfermines es un navarro, el único de los cinco, de 31 años. La cogida de Fermin Sabalza también fue bastante espectacular: fue uno de los dos grandes sustos del séptimo encierro, concretamente el corredor que salió por los aires en el tramo de la cuesta de Santo Domingo. El corredor, no inexperto (aunque llevaba sin correr siete años), sufrió una cornada en el escroto y le han tenido que poner cinco puntos, pero salió por su propio pie del servicio de Urgencias del Hospital Universitario de Navarra (HUN), al que fue trasladado inmediatamente después del encierro y donde le esperaba su familia.
"Me han recomendado reposo, pero me han dado ya el alta porque después de las pruebas salía que estaba todo lo demás perfecto", ha compartido con los medios de comunicación este navarro de 31 años. El problema de Sabalza fue que no supo cómo reaccionar porque, en el momento en el que vio hueco, se metió en medio de la manada: tomó como guía a los cabestros, pero en aquel momento, había un toro negro adelantado del resto. "No he visto el toro. Me estaba guiando por los cabestros, que estaban más atrás, y se han apartado los compañeros. De repente lo he visto encima de mí, me ha agarrado entre las piernas y a volar", ha recordado. Lo que más le ha dolido ha sido la caída, aunque ha sabido reaccionar y orillarse hacia un lado, fuera del peligro. "Intentas ponerte en medio, y más en días como hoy, que hay mucha gente, arriesgar y ya sabes a lo que te expones", ha comentado.