El uso de la mascarilla dejó de ser obligatorio el pasado mes de febrero en la mayor parte de los espacios públicos. Y desde entonces, la cantidad de personas tapadas con cubrebocas ha caído en picado, salvo en centros y servicios sanitarios, centros sociosanitarios y farmacias, donde aún es un elemento necesario. Ahora bien, parece que se acerca el momento en el que también en estos espacios desaparecerá esta norma que obliga a ir con la boca y la nariz cubiertas.

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, ha afirmado que la mascarilla dejará "pronto" de ser obligatoria en farmacias, hospitales y residencias de ancianos, pero ha apelado, no obstante, a la responsabilidad individual y ha pedido que las personas con infección respiratoria la lleven para evitar contagios.

Ha reivindicado las lecciones aprendidas durante la pandemia y ha recalcado que la mascarilla no es una protección contra el coronavirus, sino para proteger al resto de la población de las infecciones respiratorias, por lo que ha abogado por incorporar su uso de forma normal cuando se tienen síntomas de una enfermedad de ese tipo, declaraciones que ha pronunciado en un encuentro con periodistas, antes de participar en una jornada sobre salud laboral organizada por UGT en Santander.

"A una persona que se pone una mascarilla cuando tiene tos se le mira mal, cuando yo creo que debería de ser todo lo contrario, se le debería de agradecer que evite el riesgo para los demás", ha defendido. Fernando Simón ha señalado que para las personas sanas el uso obligatorio de la mascarilla en las farmacias "se terminará pronto".

En los centros sanitarios y sociosanitarios, con una población vulnerable, considera que "no estaría de más mantener un tiempito más" su uso obligatorio en los espacios comunes para evitar la entrada de virus a través de visitantes y trabajadores, aunque cree que "tampoco va a durar demasiado tiempo", siempre que aquellas personas con una enfermedad respiratoria "garanticen" que no van a infectar a otros, "lo que se consigue con el uso de la mascarilla".

"Si conseguimos mantener esa cultura de proteger a los demás, yo creo que esto se va a poder cambiar pronto y que la obligatoriedad de las mascarillas se eliminará pronto", ha resumido Fernando Simón.