El vaper está a la orden del día, especialmente en los más jóvenes. Los que no lo son tanto, quizás, no sepan ni qué es. Incluso alguno se habrá sorprendido más de una vez al ver algún joven fumando algo parecido a un USB. Estos aparatos - que pecan de modernos - son los cigarrillos electrónicos de toda la vida y funcionan, supuestamente, con vapor de agua. Los hay con nicotina y sin ella. Y de muchos sabores: melón, mango o canela, entre otros. Esto es, precisamente, una de las características que atrae al público más joven, un sector que desconoce las consecuencias de su consumo.

El Euro-barómetro del año 2017 confirmó que cuanto más joven es la persona, más atraída se siente por estos aparatos de colores. Casi una cuarta parte (21%) de las personas que los habían probado se encontraba entre los 25 a los 39 años. Solo un 6% de los mayores de 55 años había probado estos productos. Por su parte, la encuesta ESTUDES (encuesta sobre uso de drogas en Enseñanzas Secundarias en España) 2018-2019 recogía un dato, cuanto menos, destacable: prácticamente la mitad de los estudiantes encuestados de 14 a 18 años habían utilizado en alguna ocasión cigarrillos electrónicos (48,4%). El 37,8% de ellos en el último mes y el 14,9% en el último año.

Tres años después de este sondeo, la moda ha ido a más. Alba Mengual, psicóloga especialista en Familia y Adicciones de Instituto Centta, asegura que, en los últimos años, el vaper y la cachimba se han sumado al listado de sustancias nocivas más consumidas por los adolescentes. "En la adolescencia - etapa en la que es tan importante para la persona encontrar su propia identidad - hay una mayor necesidad de experimentar y probar nuevas sensaciones. Además, aparece un sentimiento de invulnerabilidad que lleva a asumir más riesgos". La experta añade que el inicio en el consumo de estas sustancias está ligado al sentimiento de pertenencia al grupo, algo fundamental para los jóvenes. "Por lo tanto, también hay una mayor influencia por parte de las amistades", insiste.

Clara, vapeadora de 24 años, asegura que solo lo fuma de fiesta. "Solo lo fumo por las noches. Soy fumadora social y no tengo ningún tipo de dependencia", añade convencida. Lo mismo le ocurre a Andrea, de 19 años. Lo descubrió el pasado mes de marzo, durante las fallas, gracias a un amigo. "Empecé a fumar vaper por su olor y sabor, que es mejor que el tabaco. Es más barato, pues el tabaco me duraba una semana y el vaper me dura un mes. De hecho, hasta se puede fumar en discotecas". Álvaro, de 28 años, lo fuma únicamente los fines de semana desde que lo descubrió gracias a - o por culpa de, según se vea - un amigo. "Soy fumador de cachimba y era como una cachimba portátil", explica.

A diferencia de todos ellos, Gonzalo, 26 años, empezó a vapear - con nicotina - para dejar de fumar hace once meses. Cuenta que él mismo se prepara sus líquidos en casa y que está en contra de los vapers desechables que "están tan de moda". "Estoy bastante contento porque me ayuda a paliar ese hábito de tabaco que tengo y es bastante más sano que los cigarros normales", asegura. Para todos estos jóvenes, con el vaper todo son ventajas. Pero se equivocan.

¿Vapear o fumar?: los dos, igual de tóxicos

El jefe de la Unidad Especializada en Tabaquismo del Hospital Clínico Universitario San Carlos de Madrid, Carlos Andrés Jiménez-Ruiz, asegura que el cigarrillo electrónico es tan tóxico como el tabaco. "Los vapeadores tienen en su interior un líquido constituido, fundamentalmente, por tres elementos: glicerina, nicotina y propilenglicol. Los que no tienen nicotina, tienen los otros dos elementos. Ese líquido se calienta y, al calentarse, se produce un vapor, que es el que ingieren los fumadores. Cuando la glicerina se calienta, se producen carbonilos, que son fundamentalmente tres: la acroleína, el formaldehido y acetaldehído. Se sabe que estas tres sustancias son sustancias que producen cáncer, según recogela Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC)".

Así, el experto insiste en que, aunque el cigarrillo no tenga nicotina - que añade la capacidad de crear adicción - , sigue siendo tóxico para la salud porque libera dichas sustancias tan cancerígenas. ¿Y la creencia de que encharcan los pulmones? El experto explica que esto se debe al brote de enfermedades pulmonares agudas - que se inició en Estados Unidos hace dos años - en pacientes vapeadores. "Estos cigarrillos, además de las sustancias que he explicado, contenían vitamina E con el fin de convertir el vapor que inhalaban en uno más satisfactorio. Se comprobó que esa vitamina E era capaz de producir una enfermedad pulmonar aguda, la del encharcamiento de pulmones. Los fumadores requirieron de ingreso hospitalario y muchos llegaron a ser intubados. Llegó a tener una mortalidad en torno al 3%".

A pesar de ello, los jóvenes se hacen con estos vapers desechables en discotecas, chiringuitos y festivales, entre otros sitios. Por aproximadamente 10 euros adquieren algo parecido a un USB de algún color. Eso sí, sin información sobre su composición. Un hecho que desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) ya han denunciado a las autoridades. Piden que estos paquetes, al igual que el tabaco, cuenten con su propia alerta sanitaria. "Deben indicar que el consumo de esas sustancias es tóxico para la salud y adictivo, así como que pueden producir enfermedades tan graves como cáncer, pulmonías y enfermedades pulmonares crónicas", insiste el experto en tabaquismo.