Incendios en España
El dolor de quienes han perdido todo por los incendios: "Hay fuego por todas partes"
El contexto Las pérdidas materiales y humanas de quienes sufren los efectos de las llamas en primera persona pueden dejar graves secuelas psicológicas, como estrés postraumático o secuelas de estrés o ansiedad al recordar escenas tan duras.

Resumen IA supervisado
Los incendios no solo destruyen hogares y modos de vida, sino que también afectan emocionalmente a las personas. Cientos han perdido sus casas, recuerdos y animales, como es el caso de Divina, quien llora la devastación que el fuego ha dejado a su paso. Esta tragedia provoca secuelas psicológicas, como estrés postraumático, ansiedad e insomnio. El miedo y la angustia son sentimientos comunes entre los afectados, quienes necesitan sentir la empatía de aquellos que, aunque distantes, comprenden su dolor. Las llamas no solo consumen lo visible, sino también la estabilidad emocional de las comunidades afectadas.
* Resumen supervisado por periodistas.
El drama de los incendios nos puede llegar a afectar a todos a nivel emocional. Cientos de personas han perdido sus hogares, recuerdos, fincas o animales. Quien más y quien menos tiene un familiar o un amigo en un pueblo, o empatiza con ellos porque podría ser el suyo quien se viera afectado por una ola de incendios devastadora.
Es el caso de Divina, cuyas lágrimas reflejan la desesperación de muchos pueblos de España. Rota de dolor, lamenta que el fuego haya quemado su casa y todo a su paso. Las llamas también se han llevado su modo de vida, con animales que han quedado calcinados.
La realidad es que la destrucción de las llamas puede dejar graves secuelas psicológicas, víctimas que pueden sufrir estrés postraumático o secuelas de ansiedad o estrés al recordar escenas muy duras, incluso insomnio. Muchos ciudadanos viven con miedo y angustia, sentimientos que están a flor de piel durante estos días.
El psicólogo sanitario Carlos Manzana recalca esas "escenas duras" que se viven en situaciones tan límites como estas, asegurando que precisan de esa ayuda de familiares, amigos e incluso del Gobierno para poder reconstruir sus vidas.
Desde la lejanía, muchos son capaces de ponerse en su lugar, una empatía que los afectados tienen que sentir cerca. Las llamas son capaces de devorar todo lo que vemos y también lo que no.