Durante su juicio, Aaron Campbell negó en repetidas ocasiones que secuestrara, violara y matara a Alesha MacPhail, de seis años, en la Isla de Bute, Escocia, en julio del pasado año.

El juez Lord Matthews le ha impuesto una condena de por vida por un asesinato que ha calificado de "brutal". El condenado tendrá que pasar un mínimo de 27 años antes de poder solicitar la libertad condicional, según publica la BBC.

Matthews ha afirmado que el crimen de Campbell le ha causado "repulsión e incredulidad" y calificó al asesino de "individuo frío, insensible, calculador, implacable y peligroso".

En el informe del psicólogo clínico forense, el asesino relató: "En cualquier otro momento de la vida, el asesinato no habría sido la conclusión. Si fuera un año más joven, no creo que lo hubiera hecho. Solo pensé en matarla cuando la vi".

Alesha MacPhail, de Airdrie, se encontraba de vacaciones cuando la secuestraron mientras dormía en la casa de sus abuelos, en los alrededores de Rothesay.

Docenas de isleños se unieron a la búsqueda de la pequeña hasta que su cuerpo desnudo fue descubierto en una zona boscosa en los terrenos de un antiguo hotel hidropático. La autopsia reveló que había sufrido 117 lesiones y murió asfixiada.

El juez declaró que el adolescente había mostrado una impresionante arrogancia durante el juicio y no se había declarado culpable a pesar de la abrumadora evidencia en su contra. "Ha mostrado una asombrosa falta de remordimiento", señaló.

Durante un juicio de nueve días en el Tribunal Superior de Glasgow, Campbell afirmó que nunca había conocido a su víctima y presentó una defensa especial que acusaba a la novia de 18 años del padre de Alesha como la asesina.

Los informes concluyeron que Campbell no padecía un trastorno de salud mental, pero que "mostró una falta total de empatía con la víctima". "Las lesiones de Alesha van más allá de cualquier cosa que haya examinado antes en mi profesión", dijo al respecto el patólogo, John Williams, ante el Tribunal Superior de Glasgow.