Los médicos forenses han asegurado que el concejal de IU de Llanes Javier Ardines murió por un shock causado por una hemorragia intracraneal tras ser golpeado con intensidad en la cabeza con un objeto contundente y después estrangulado.

Los forenses que acudieron a la parroquia de Belmonte de Pría, en Llanes, para levantar el cadáver han declarado este martes en la Audiencia de Oviedo en el juicio con jurado popular que se sigue contra Pedro N.A, como presunto inductor; Maamar K. y Djilali B, como supuestos sicarios; y Jesús M., señalado como intermediario.

Según han explicado los mismos, la autopsia determinó que la muerte no se produjo en el acto. En este sentido, han matizado que si bien no saben si la persona o personas que le agredieron pudieron saber si estaba vivo una vez que huyeron del lugar, al menos sí debían ser conscientes de que le habían causado "un gran daño".

En la declaración han sostenido que "desde el punto de vista médico" no se puede precisar cuántas personas intervinieron en la agresión, pero sí creen que pudo ser atacado por detrás cuando estaba de pie por un agresor diestro, que le habría asestado un golpe intenso con un objeto "con una masa importante" y sin aristas.

A continuación, el edil, cuando aún estaba vivo, habría sido asfixiado mediante la acción de estrangulamiento conocida como "presa de codo". Ardines presentaba lesiones de defensa en el antebrazo derecho, lo que podría indicar que trató de defenderse.

En su declaración también han corroborado que la ropa y las extremidades de la víctima presentaban un olor picante y un color oleoso anaranjado, que podrían corresponder con los botes de spray de pimienta utilizados, según los investigadores, en la emboscada al edil.

Las acusaciones sostienen que Pedro Nieva urdió el plan

Las acusaciones, que piden una pena individual de 25 años de prisión para cada uno de los acusados, mantienen que Pedro Nieva, amigo personal del edil, urdió el plan para acabar con la vida de Ardines después de descubrir, en diciembre de 2017, que su mujer y el concejal mantenían una relación en secreto.

Según sostienen tanto la Fiscalía como la acusación particular, fue en julio de 2018 cuando este tomó la decisión de ejecutar su plan sabedor de que su mujer pasaría el verano en una casa familiar próxima a la de Ardines, y para ello contactó con Jesús M. para que le buscase a personas que pudieran actuar como sicarios a cambio de dinero.

Tras estudiar los movimientos rutinarios del concejal, los dos acusados como sicarios se habrían desplazado a Belmonte de Pría para ejecutar el crimen y, tras un primer intento fallido en la madrugada del 1 de agosto, ambos lo intentaron por segunda vez dos semanas después.

Según las acusaciones, en la madrugada del 16 de agosto los sicarios colocaron unas vallas de obra para impedir el paso del vehículo de Javier Ardines y cuando se bajó para retirarlas, ambos le atacaron, primero con un espray de pimienta y después le golpearon la cabeza con un palo o un bate de béisbol y le estrangularon hasta matarlo.