Los trabajos han
comenzado a las siete de la mañana de este martes, después de que los equipos
de rescate llevan horas succionando la tierra bajo la que podría encontrarse el
niño de dos años, y dado que las máquinas empleadas han encontrado una masa
compacta que no se puede sacar, a unos 73 metros de profundidad.
La subdelegada del
gobierno ha explicado que ésta es la alternativa más segura de las tres
posibilidades que desde ayer se barajan y que las otras dos, la apertura a
cielo abierto y la creación de un túnel paralelo al pozo donde cayó el pequeño,
se consideran menos seguras, aunque no están descartadas.
Hay tres factores
condicionantes en el operativo, ha dicho Gámez: la seguridad del pequeño,
emplear el menor tiempo posible y la orografía del terreno, que dificulta los
trabajos.