Decididos y numerosos, no permiten a los agentes ni acercarse a la puerta de Merche. Ella es una mujer que se encuentra en el paro y sin medios, según su entorno, para pagar el alquiler.

Es la tercera vez que intentan ejecutar este desahucio por al menos tres meses de alquiler pendientes a la propietaria, pero una vez más vecinos, amigos y activistas no dudan en entrar en el cuerpo a cuerpo para frustrarlo.

Mujeres, jóvenes y chavales plantan cara a los agentes y, al final, lo logran. Después, vecinos y activistas ocupan dependencias del Ayuntamiento para pedir un lugar alternativo para que Merche pueda vivir.

Tras horas de reunión, el Ayuntamiento se ha comprometido finalmente a buscarle una casa, probablemente un piso municipal. Se trata de una solución temporal hasta que logre encontrar empleo.