Tirar unas cañas en Galicia se hace cada vez más difícil, porque faltan camareros para hacerlo. "Estamos buscando personal sobre todo para cubrir fines de semana y horas que van surgiendo y es un poco complicado", reconoce el hostelero Juan Ramón Tacino.

En su local de Ames, en A Coruña, hay tres trabajadores y con la terraza abierta llegan a los 100 servicios diarios. "Hay mucho currículum, lo que pasa es que también hay mucha gente sin experiencia", precisa Tacino.

Avelino, por su parte, estuvo casi un año buscando un jefe de cocina para su restaurante de Santiago. Como consecuencia, según explica, han tenido que cerrar los lunes, martes y miércoles por la noche durante el mes de enero, en febrero y esta semana "para poder dar descansos y días libres al personal".

Un problema que cada vez se repite más en el sector. "La hostelería es un trabajo difícil, con fines de semana, a partido y que requiere una implicación", incide al respecto Thor Rodríguez, presidente de Hostelería Compostela.

Megu, por su parte, tuvo que tomar una decisión que le hizo perder clientes y dinero por no encontrar camareros: "Tenemos 11 mesas en total y lo que pasaba es que había mucha gente, sobre todo si llegaban todos a horas parecidas, pues había mesas que no las cogíamos", explica. "Estuvimos poniendo anuncios desde agosto", detalla esta hostelera, que explica que "uno de los chicos empezó hace un mes y el otro empezó la semana que viene".

Más de 70.000 empleados que estaban en hostelería antes de la pandemia no han vuelto a sus puestos de trabajo. Una falta de personal pone en riesgo la temporada de verano. El año pasado la mitad de las ofertas ya quedaron desiertas, obligando a los locales a reducir sus horarios.