Programas de detección precoz
Las asociaciones de pacientes oncológicos avisan: los datos de cribado que darán las comunidades "no bastan"
¿Por qué es importante? Celebran el acuerdo entre Sanidad y las autonomías, pero recuerdan que no solo importa saber cuántos positivos hay. Piden más transparencia: conocer cuántos radiólogos hay, cuánto se tarda en dar los resultados o qué tan eficaces son los programas.

Las asociaciones de pacientes oncológicos aplauden el acuerdo alcanzado entre el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas para unificar los indicadores de los programas de cribado. Pero, aunque lo consideran un paso adelante, aseguran que los datos que se van a publicar siguen siendo insuficientes.
"No basta con saber cuántos positivos hay", insisten. Quieren más información: cuántos radiólogos trabajan en cada comunidad, cuánto se tarda en tener los resultados o cómo funcionan realmente estos programas. Porque, recuerdan, mejorar la eficiencia de los cribados significa salvar vidas.
Ángela Clavero, presidenta de la asociación AMAMA, lo resume con una pregunta muy simple: "Queremos saber cuánto tarda cada comunidad en dar el resultado".
Desde el Ministerio de Sanidad aseguran que ya están trabajando en esa línea. La ministra Mónica García reconoce que hay que tener en cuenta que "aquí se intercalan las listas de espera" y que coordinar mejor esos tiempos es clave para mejorar la atención.
El acuerdo entre Sanidad y las autonomías fija tres indicadores básicos comunes en todo el país:
- A qué porcentaje de la población diana se avisa para realizar la prueba.
- Qué porcentaje de esa población participa realmente, un dato que depende mucho de la información y las campañas que lancen las consejerías.
- La tasa de detección, es decir, cuántos casos se identifican gracias al cribado.
Pero para muchas asociaciones esto no es suficiente. La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) pide dar un paso más: crear un sistema de evaluación continua que permita ver cómo están funcionando los programas en tiempo real. "Es la forma de ver cómo funciona, dónde hay que intervenir o adelantarse a posibles errores", explica Esther Díez, portavoz de la AECC.
Un control más transparente, dicen, no solo serviría para detectar fallos, sino para evitar demoras y mejorar la detección precoz, algo que, en su opinión, marca la diferencia entre vivir o no hacerlo.
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