El asesinato de Asunta Basterra dejó al país en estado de shock por el hecho de que sus propios padres, Rosario Porto y Alfonso Basterra, fueran sus asesinos, motivo por el que fueron condenados por su muerte.
El 21 de septiembre de 2013 los padres de Asunta acudieron a la policía para denunciar la desaparición de su hija. Al día siguiente su cuerpo fue encontrado en una pista forestal en Teo, una pequeña localidad cerca de Santiago de Compostela. La investigación reveló que Asunta había sido sedada con lorazepam y asfixiada.
Desde el principio, el caso suscitó gran atención debido a las incongruencias en las declaraciones de Rosario Porto y Alfonso Basterra, los padres adoptivos de Asunta. Asunta, fue adoptada en China cuando era un bebé, vivía con ellos en Santiago de Compostela, y ambos eran figuras públicas reconocidas: Rosario, una abogada gallega de buena reputación, y Alfonso, un periodista. La noche en que Asunta desapareció, Rosario Porto aseguró haberla dejado en su casa por la tarde y después irse a la residencia familiar de los abuelos. Sin embargo, las cámaras de seguridad y las pruebas forenses comenzaron a revelar que algo no cuadraba.
Primero fue arrestada Rosario Porto y horas después Alfonso Basterra. Las incoherencias en sus relatos y las contradicciones sobre los últimos momentos en que vieron a su hija apuntaron directamente a su implicación en el crimen.
En octubre de 2015, ambos fueron declarados culpables del asesinato de Asunta y condenados a 18 años de prisión cada uno.
Una de las grandes incógnitas del caso ha sido siempre el motivo que llevó a los padres de Asunta a cometer semejante atrocidad. No se encontró una explicación clara y definitiva que justificara el asesinato de la niña. Algunos investigadores barajaron la hipótesis de que los problemas personales y psicológicos de Rosario Porto, sumados a la relación tóxica y dependiente con Alfonso Basterra, pudieron haber desencadenado el crimen. Basterra sigue cumpliendo condena en la cárcelde Teixeiro (A Coruña). En 2020, Rosario Porto se suicidó en la prisión de Brieva (Ávila).
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